pedro alvarez
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HabÃa escrito unas lÃneas y han desaparecido.
Lo intento de nuevo:
He leÃdo el libro y acabo de leer tu reseña (¡Enhorabuena, Concha), después de la cual no deberÃa osar escribir nada.
No obstante lo intentaré.
Me tomaré mi tiempo. Lo buscaré… y si lo encuentro, escribiré (algo más) sobre este precioso libro…
…porque, de alguna manera, “forma parte de mÃâ€, de mis vivencias “todas reales, aunque nada tengan que ver con la realidadâ€. Me puedo ver como en un viaje astral, inmerso en los pasillos y los patios del colegio, entreverado con los condiscÃpulos, intentando “identificar a los personajes como si de un juego se trataraâ€, cruzando “nombres con historiasâ€, leyendo Calderón donde pone Escudero… porque YO TAMBIÉN ESTUDIÉ EN EL REAL COLEGIO DE SAN HERVACI0 (de Murania, claro está).
Nada más abrir el libro el lector se encuentra con TRES nombres, sacados de las “antiguas listas del Real Colegio de San Hervacio.
Empecemos por las listas hervacianas, aquellas de las que se desprenden los nombres de los condiscÃpulos (tres de los cuales son objeto de la dedicatoria de Gonzalo):
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