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Pues parece que sí, que, precisamente, la ESQUINA DERECHA, si se acuerda de Torra; evidentemente porque su rememoración le conviene. Que aunque el personaje haya sido superado del mismo modo que aquellos que en frete tenía -una buena colección integrista agitadores haciendo se simétrico negativo- la necesidad y la oportunidad vienen a mostrar qué elementos de confrontación agitaba el personaje que siguen teniendo su efecto. El del descrito en el artículo como empozoñar las relaciones entre autoridades regionales y nacionales, cuya polarización se transmite a la ciudadanía como forma de agitación política y pegamento militante. Es de lo que viven, o se alimentan, en ambos lados cierto sector ultranacionalista (separatista o unitarista) cuyo caldo de cultivo es el odio a un enemigo que condensa sus relaciones, y que los lleva, una y otra vez, a repetir el pasado frustrante que les devuelve su percepción de identidad.
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