|
|||
| Opinión | |||
Las horcas caudinas de Gallardón |
|||
Antonio Hualde | |||
|
|
|||
|
La Audiencia de Barcelona va a investigar el bombardeo de Barcelona por parte de la aviación italiana en 1937. Una pena que Garzón, el ex juez condenado por delinquir, ya no esté en ejercicio. Seguro que le habría encantado pedir a las autoridades italianas la partida de defunción de Mussolini, o el nombre y apellidos de todos los pilotos de combate que había en Italia en aquel año. Barcelona, Guernica, Madrid y el resto de España sufrieron los horrores de un conflicto que dejó al país hecho jirones. Pero de aquello hace más de 70 años, y ahora son otras -o deberían- las prioridades. 2012 acabó con más de 3 millones de asuntos judiciales sin resolver. Entre otros, el de la financiación irregular de Unió, esa por la que Duran i Lleida dijo hace dos lustros que, de probarse, dimitiría, para luego cambiar de parecer. Típico. No es ni será el último político en representar un papel protagonista en la tragedia en que se ha convertido la vida pública. Está también la plana mayor de la izquierda andaluza, con los paniaguados del PER y los ERE gastándose el dinero público en coca y burdeles. O los dispendios del tal Millet en el caso Palau, coto privado de Convergencia Democrática de Cataluña. O el Gürtel del PP, con una ristra de golfos a los que no les llega la camisa al cuerpo por temor a que Bárcenas vaya y se chive de sus nombres. Y así un largo etcétera. ¿Qué tienen en común? Aparte de una sinvergonzonería sin parangón, que muchos de ellos se irán de rositas. Pero hay más. El juez que instruye el caso Madrid Arena se ha quejado, y con toda la razón, de la precariedad de medios con la que tiene que trabajar; por no haber, no hay ni secretario judicial en su juzgado. Mientras, Gallardón se ha sacado de la manga unas tasas judiciales que convertirán los litigios en auténticos sacacuartos sólo aptos para ricos. Eso lo hace alguien que ha dejado al Ayuntamiento de Madrid con una deuda de casi 7.000 millones de euros y una ralea de gente del estilo de Miguel Angel Villanueva y Pedro Calvo, a los que las muertes de las cinco jóvenes en la fiesta de Halloween del Madrid Arena les han puesto de patitas en la calle. En fechas recientes, el propio Gallardón rompía una lanza por la justicia, quejándose de las críticas que recibe. Pocas son. Algo más atrás, allá por el 321 A C., los romanos sufrieron una dolorosa derrota a manos de los samnitas. Desarmados y humillados, se les obligó a pasar de uno en uno por debajo de una lanza horizontal dispuesta sobre otras dos clavadas en el suelo, a una altura los suficientemente baja como para que tuvieran que ir agachados. De ahí la expresión pasar por las horcas caudinas como sinónimo de comulgar con ruedas de molino. Que viene a ser lo que pasa hoy con la política y la justicia. Lo primero está empezando a producir un hartazgo en la sociedad como pocas veces se ha visto. De lo segundo, qué decir; a Gallardón, esté donde esté, siempre le ha gustado tener unas horcas caudinas para crear descontento en el mayor número posible de gente. Y, las cosas como son, eso sí que lo hace bien. |
|||
| El Imparcial. Todos los derechos reservados. ®2025 | www.elimparcial.es | |||