19 de octubre de 2025, 9:01:41
Opinión


Recordando a Agustín

Martín-Miguel Rubio Esteban


La Revista Cuadernos del Matemático, en su Número 50, acaba de publicar una entrevista que el gran periodista zamorano Jesús Hernández hizo al intelectual zamorano Agustín García Calvo el ya lejano 14 de junio de 1993. Y esto nos emociona. Agustín murió hace ocho meses, y no sólo no lo olvidamos, sino que su recuerdo de honestidad intelectual berroqueña, basáltica, proyectada por una cultura –perdona, Agustín – oceánica, a veces nos entristece por la pérdida del amigo, y otras nos da ánimos con su remembranza de optimismo infrangible e indesmayable. Es evidente que Jesús Hernández, buen amigo y admirador del titán zamorano, quiere homenajearlo con ella. La entrevista no se quiso publicar en el medio zamorano en el que entonces escribía Jesús. A veces la panorámica de la grandeza presentada ante los ojos de los mediocres – casi siempre algo malvados: nunca la pequeñez del corazón ni de la cabeza ha defendido la virtud – suscita estas contradicciones. Y luego está esa verdad del evangelio, “Nemo propheta acceptus est in patria sua”.

La entrevista es altamente proficua, por lo que tiene de epítome o breviario de lo mejor del pensamiento “del segundo gran agustinismo”. Así en ella nos encontramos con fragmentos como “La virtud es ser lo menos posible”. “La cultura es el sustituto de la religión que nos oprime hoy día”. Lo que no se entiende bien siendo de tan baja estofa la de estos días.

“La principal función del poder es la de suprimir los restos de curiosidad, de rebeldía, de inconformidad de cualquier tipo”.

“El poder, en la medida que cambia, se mantiene”.

“Cada uno, en cuanto individuo, es reaccionario”.

“Un recuerdo no histórico es un recuerdo que, lejos de ser histórico, es una especie de reviviscencia que está aquí, que es parte de la vida. De este olvido y de los sueños, o de la evocación de los sueños, es de lo que más podemos sospechar que pudiera llamarse vida de verdad con algún derecho”. Impresionante pensamiento que continúa la paradoja del gran Protarco. Lo que no fue vida fue historia.

“Pienso que las ideas son la realidad misma, en la medida que esto que se hace pasar por realidad es esencialmente ideal. No hay cosas que sean al mismo tiempo su propia idea”. Más aristotélico que aristóclico.

“Probablemente acudiría a la violencia si me viera agredido, y especialmente amenazado de muerte. No veo ninguna utilidad en dejarse matar…Y, por lo demás, defendería también, por analogía, la continuación de la vida, o el bienestar, o la inocencia, de otras personas que me fueran queridas. Defendería muchas cosas, especialmente de las que me llegaran al corazón”. Muy unamuniano en esto, como siempre, y discreparte un tanto de su amado Sócrates.

“Reivindicar, nada. Es una palabra de origen jurídico, administrativo, contra la que me he metido detenidamente, y pienso que lo que implica, en cuanto a táctica, va en contra de todo aquello por lo que constantemente trato de luchar. Reivindicar quiere decir reivindicar hacia arriba, reclamar de la autoridad. Por tanto, toda reclamación a la autoridad es un reconocimiento y una confirmación de esa autoridad. En ese sentido, estoy decididamente en contra de todas las reivindicaciones.”

“Uno no puede menos de reconocer que muchos de los mortales apenas encuentran otra forma de despertar el deseo y de llegar a alguna forma de placer sino a través del pecado, la infracción y la tentación. No me declaro del todo exento de esto” ( con razón, su Santo es el teólogo de la “felix culpa” ) “pero declaro mi preferencia por aquellas formas de placer encontrado, que ni siquiera han pasado por la tentación, por la duda y, por tanto, por llegar a una resolución más o menos pretendidamente instintiva o no”.

“Si la autoridad fuera sólo exterior, no se habría podido sostener hasta este momento. Se sostiene gracias a esa colaboración, en la que todos más o menos entramos: entre la voz de orden que llega desde fuera y esa especie de voz de la propia necesidad de ser el que es, que generalmente viene a coincidir con lo otro. Eso es lo más grave de combatir”. Reflexión mucho más profunda que la que invita a hacer el super-ego freudiano.

“Puedo decir, con una cierta alegría, que me he podido arreglar para desbancar o desvirtuar la mayor parte de los intentos de mitificación que han tratado de hacerse con mi persona”. Y par diez que lo consiguió.

“La muerte es la condición por la que pago el ser el que soy”.

Pero tu muerte, inolvidable maestro, no puede conseguir separarnos de ti. Tu vasta y pasmosa obra de gramática, prosodia, traducciones, poesía, pensamiento, narración y de una amplia producción de re varia nos unen a ti de forma inescindible y el desvelamiento de la densidad de esta extensa obra tendrá que mover una enorme cantidad de energía hermenéutica durante muchos años. Y los que tuvimos la suerte de conocerte y de crecer a tu lado, llevaremos de modo indeleble tu inteligencia y carácter en nuestra alma.

Quiero suponer que la Zamora oficial, su poder político y sus pecios caciquiles aún vivos, ya que no lo honró como merecía en este mundo de los vivos, defienda al menos su obra inmortal y su memoria.

Gracias, Jesús, por traernos ahora tu preciosa entrevista de hace veinte años que tu periódico no te quiso publicar, y que nos recuerda la grandeza de aquél que perdimos.
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