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 Desde que finalizó su longeva etapa de dos décadas al frente de la Compañía Nacional de Danza en el año 2010, Nacho Duato no había vuelto a dirigir en España. De modo que se esperaba con expectación su regreso – precedido de diversas entrevistas en los medios durante las últimas semanas - al frente del prestigioso elenco de bailarines pertenecientes al Staatsballett Berlin y con un programa doble cuya primera parte incluye tres funciones de la famosa obra de Chaikovski con coreografía del propio Duato basada en el libreto original de Iván Vsevolozhski. Este era, por tanto, otro aliciente más para los amantes del ballet, ya que hasta que aceptó el encargo del Teatro Mikhailovsky de San Petersburgo de realizar una nueva versión de esta obra, donde se estrenó el 16 de diciembre de 2011, Duato se había resistido a trabajar con un ballet clásico. Lo reconocía el pasado miércoles en la rueda de prensa previa al estreno: a pesar de que lo mucho que le habían insistido con anterioridad para que lo hiciera, él se había negado. Sobre todo, explicaba Duato, por respeto al ballet clásico, que precisa de una infraestructura muy especial a la que pueda dotarse de los correspondientes medios.
A la vista de La bella durmiente que ha podido disfrutarse este viernes en el teatro de la Plaza de Oriente, está claro que cuando Nacho Duato se refería al respeto por el ballet clásico no hablaba por hablar. Tenía una idea muy concreta de cómo veía en su cabeza tan famosísimo ballet y la personal forma de transmitirla. El actual director de la compañía de ballet de Berlín hace uso del vocabulario clásico, haciéndolo, además, con efectividad. También, sin aparente miedo a realizar determinados cortes, eliminando la pantomima, sintetizando y dinamizando la obra, demasiado para los más ortodoxos. En todo caso, con una seguridad que en lugar de quitar, lo que hace es añadir a la mítica obra aún más magia. Y paradójicamente, dando más realidad a un cuento. Su factura es narrativa como pocas veces logra una coreografía: por mucho que conozcamos la historia, en esta nueva “Bella durmiente” uno quiere que se la vuelvan a contar – con elementos nuevos, como el golpe de efecto que supone la poderosa e impactante figura drag queen que encarna a la malvada bruja Carabosse - a través de los movimientos que permiten la exhibición de la calidad de los bailarines de la compañía berlinesa que el coreógrafo valenciano dirige.
En esta producción de un millón y medio de euros, Duato se apoya, por otra parte, en una efectista y muy cuidada puesta en escena. Pulcra al límite, estudiada al detalle, la escenografía supone un sólido aliado para el éxito de la obra. Lo mismo que el diseño del vestuario compuesto de 150 trajes, a cargo de la figurinista serbia Angelina Atlagić, galardonada en nuestro país en 2009 con el premio Max por sus diseño para la obra Barroco. En lugar de renunciar al romanticismo implícito del cuento, la escena lo resalta sin complejos y de forma tan exquisita que el resultado es impecable. Y eso que la tarea no parece a priori nada fácil: igual que dedicarse a hornear un merengue que no empalague. Porque aquí el príncipe es literalmente azul, los reyes portan sus majestuosas coronas desde el primer acto en el salón del trono, la Princesa Aurora es el colmo de la romántica languidez y, sin embargo, el resultado es ligero, rozando lo etéreo. Ella, la princesa, a cargo de Iana Salenko, ha sido junto al Príncipe Désiré (Dinu Tamazlacaru) la más aclamada de una velada en la que Pedro Alcalde también ha sido premiado por su labor en el foso al frente de la Orquesta Titular del Teatro Real. Sin olvidar los aplausos que Nacho Duato recibía cuando por fin salía al escenario en su regreso a la dirección en nuestro país después de cinco años.
La "Bella durmiente" estará en el Teatro Real los días 5 y 6 de septiembre y después Duato estrenará también con su compañía, la Staatsballet de Berlín, tres coreografías contemporáneas, los días 8 y 9 de septiembre: "And the Sky on that Cloudy Old Day", de Marco Goecke, y "Static Time" y "White Darkness", las dos últimas creaciones de Nacho Duato.
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