Luis Enrique anuncia que no seguirá en el Barcelona

"Es una idea muy meditada y muy pensada. Soy fiel a mi manera de pensar", argumentó Luis Enrique tras anunciar su decisión de no renovar con el Fútbol Club Barcelona. La bomba informativa (Rakitic aseguró que "nos hemos quedado con la boca abierta" en la zona mixta) estalló en la rueda de prensa posterior a la victoria de su equipo frente al Sporting. De este modo zanja el preparador los rumores sobre su futuro que habían enturbiado la atmósfera de su plantilla en el cambio de año y tras el 4-0 sufrido en París.

El técnico, que en este punto de su currículum al frente del Barça acumula ocho títulos de 10 posibles (dos Ligas, dos Copas, una Supercopa, una Liga de Campeones, un Mundial de Clubes y una Supercopa de Europa), explicó su decisión al final de su comparecencia, tras pedir la palabra para emitir una decisión de peso trascendental. El que fuera emblema espiritual culé en su etapa como futbolista ha asegurado que necesita un descanso tras su aventura erosiva al frente del transatlántico catalán.

"Quiero terminar esta rueda de prensa de una manera especial. Hoy os anuncio a todos que no seré el entrenador del Barcelona la próxima temporada", declaró ante la sorpresa generalizada. De la confesión subyace un agotamiento relacionado con la extrema dedicación con la que concibe su labor. Y estos tres años han resultado agotadores, al parecer, bajo el chorro de la presión y exigencia del equipo más exitoso y observado del presente siglo. "Esto significa pocas horas de descanso. Necesito descansar", sintetizó tras haber entrenado un 6-1 sabiendo que su futuro está lejos de los jugadores a los que ha conducido a dicho resultado.

Se abre ahora una etapa en la que su obra blaugrana afronta la recta final a sabiendas de su corto horizonte. La reflexión compartida con los medios y a aficionados llega este miércoles, cuando los jugadores parecían haber respondido al desafío que el entrenador les había planteado tras la debacle ante el PSG. El triunfo sobre la hora ante el Leganés desató todo tipo de rumores sobre las desavenencias de la vacas sagradas del vestuario para con él, pero en el Calderón y en esta jornada 25 quedó patente que los futbolistas aceptaron el reto que supone cambiar el sistema y el dibujo para disparar su rendimiento hasta mayo. "Veníamos de la mierda antes de Luis Enrique", enfatizó Piqué en defensa de su entrenador en aquellos días de marejada mediática.

Con una final de Copa del Rey por delante, la carrera continuada en pos de su tercer título liguero y la posibilidad de dejar escrita una remontada legendaria en la retina del balompié internacional afronta el Lucho un epílogo de su estadía en Can Barça que ya empieza a mirarse en perspectiva. "Quedan tres competiciones. En una (Liga de Campeones) igual se alinean los astros y habrá un esfuerzo máximo, y si no quedan dos competiciones muy importantes", zanjó en una manifestación final que no admitió preguntas de los periodistas congregados en el Camp Nou.

"La valoración que tenemos que hacer ahora es que tenemos que estar contentos por lo bien que ha trabajado y por lo que falta por hacer. Aceptamos la decisión del entrenador y le damos todo el apoyo hasta que finalice el contrato", arguyó el presidente Josep María Bartomeu, que llamó a "no especular más" sobre el futuro del técnico. El mandatario, que reconoció conocer la no renovación del "superentrenador" que todavía tiene a su cargo hace días ("El mejor entrenador para el Barcelona", según dijo Guardiola este miércoles desde Inglaterra), concluyó su breve alocución verbalizando que "los futbolistas están tristes. Él nos ha traído muchos éxitos".

Ahora, los daños colaterales de esta noticia afectan a todos aquellos clubes con entrenadores que han sonado para ocupar el banquillo azulgrana. Sampaoli, Valverde y Allegri figuran en una lista que sobrevendrá tras el punto de inflexión generado por el asturiano. "Hace falta un cambio radical", decía un aficionado indignado, a la salida del escueto triunfo ante el Leganés. Pues este es el primer e imprevisto paso.