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Nacional | |||
Mohamed VI quiere mejor imagen y más efectividad |
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Marruecos reestructura su aparato diplomático |
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La restructuración de la diplomacia marroquí puesta en marcha desde hace dos años busca completar el cambio generacional y modernizar la imagen política del país en el mundo. Mohamed VI quiere diplomáticos capaces de defender las posiciones del Reino en temas tan delicados como el Sahara Occidental, el Magreb Arabe, las relaciones con la Unión Europea, los derechos humanos y las libertades individuales, o el Acuerdo de Libre Cambio con Estados Unidos. |
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Las numerosas críticas recibidas en estos diez años de reinado del nuevo monarca en la gestión de estos temas, y su mala calificación en el desarrollo humano según los parámetros de Naciones Unidas, así como los repetitivos informes desfavorables de las organizaciones internacionales defensoras de los derechos democráticos, han empujado a Mohamed VI a acelerar la restructuración de su diplomacia. Prácticamente en las 86 embajadas acreditadas en el extranjero y en los más de 50 consulados generales, está habiendo cambios que afectan tanto al personal diplomático como al contractual. La norma puesta en práctica es de privilegiar el personal especializado, con estudios superiores, conocedor de lenguas y con experiencia en relaciones internacionales. El motor de la restructuración es el propio rey Mohamed VI que ha centralizado en el Gabinete Real la tarea de modernizar la diplomacia. El artífice de los cambios es Tayeb Fassi Fihri, actual ministro de Exteriores, un hombre de la confianza del soberano y que lleva 25 años en la actividad internacional de Marruecos. Fassi Fihri ha sido el arquitecto de los dos temas estrella de la diplomacia alauita : el Estatuto avanzado con la Unión Europea y el Acuerdo de Libre Cambio con Washington. La presencia marroquí en España se inscribe en este proceso de modernización. Tras haber ampliado el número de Consulados generales a 10 –antes sólo había en Madrid, y ahora se han extendido a Algeciras, Almería, Barcelona, Bilbao, Las Palmas, Sevilla, Tarragona y Valencia, además de una antena en Burgos-, Rabat ha cambiado la mayoría del personal diplomático y contractual de su representación en Madrid trayendo cuadros jóvenes, hispanohablantes y (o) con experiencia. Sin embargo, el nombramiento del antiguo embajador en Madrid Omar Azziman a la cabeza de la Comisión Consultiva sobre la Regionalización, para preparar el esquema y las propuestas legislativas necesarias para dotar al Reino de una estructura descentralizada cercana a las Autonomías regionales imperantes en España, Francia, Italia o Alemania, ha dejado huérfana la representación diplomática en la capital de España. Varios nombres se barajan para ocupar el puesto de embajador. Entre ellos el de una mnujer, actualmente embajadora; el de un político originario de Dajla (la antigua Villa Cisneros); o el de un alto funcionario del Estado que hace de relé entre el Palacio Real y el Gobierno. Sin embargo hasta ahora el Rey no ha tomado la decisión definitiva. "En Madrid hace falta un embajador (embajadora) muy dinámico, abierto, capaz de tomar iniciativas hacia la sociedad civil y la clase política para explicar y en su caso defender los delicados dosieres bilaterales, entre ellos el del Sahara Occidental", explica una fuente diplomática a El Imparcial. "La sociedad civil española es muy sensible a la cuestión saharaui y a los derechos humanos, y una parte de los partidos politicos también. Rabat no lo va a tener fácil", añade. Mohamed VI quiere mostrar una nueva imagen, acorde con el relevo generacional que él mismo encarna y con la idea de la modernidad que defiende. España es para Marruecos un laboratorio en el que los proyectos de la monarquía alauita se van a confrontar con un tejido social y político a menudo crítico con el país vecino. Un examen arduo de pasar. |
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