El menage á trois de las FARC

Esta semana el prestigioso Instituto Internacional de Estudios Estratégico de Londres, mejor conocido por su siglas en inglés IISS, publicó su esperado informe sobre los contenidos que guardan los ordenadores del abatido jefe de las FARC, Luis Edgar Devia Silva, alias “Raúl Reyes”, en el que se desvela los nexos entre la narcoguerrilla colombiana y los presidentes de Ecuador, Rafael Correa y de Venezuela, Hugo Chávez. Un “secreto a voces” que circulaba en el vecindario suramericano y que se ha confirmado con este sonado análisis que tomó tres concienzudos años en elaborarse.

El documento titulado, “Los documentos de las FARC: Venezuela, Ecuador y los archivos secretos de ‘Raúl Reyes”, apunta a que el grupo rebelde no sólo recibió entre 2004 y 2007 la nada despreciable cifra de 300 millones de jugosos petrodólares del Estado venezolanos, sino que a su vez los insurgentes le dieron a Correa 400.000 dólares para que financiará su campaña en 2007. Como dato curioso, en uno de los e-mails de la polémica, figura el nombre del candidato presidencial peruano, Ollanta Humala, en donde el propio “Reyes” habla de la contribución del caudillo mal llamado bolivariano a la campaña del líder de Gana Perú en las pasadas elecciones. Algo que el “humalismo” ha insistido en desmentir en reiteradas ocasiones, a pesar de que circulan por Internet las imágenes de las latas de atún donadas por Venezuela tras el terremoto que sacudió a las ciudades de Chincha Alta y Pisco hace cuatro años, en cuyas etiquetas rojas aparecían los rostros de Humala y Chávez.

Tras años de hipótesis, la tesis del “menage á trois” revolucionario entre los gobiernos de Caracas y Quito con la guerrilla más antigua de América Latina se confirma. Lamentablemente, la postura del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos ante dicho informe fue simplemente decir que su país “ha pasado página”, unas declaraciones que resultan decepcionantes para quien es considerado uno de los símbolos de la lucha contra las FARC. No cabe duda que en la geopolítica no es una cuestión de hacer amigos o enemigos, sólo intereses de por medio.