|
|||
Opinión | |||
Grecia da un respiro a Europa y…a España |
|||
|
|||
El que Georgios Papandreu saliera indemne de la cuestión de confianza planteada ayer en el parlamento griego es una buena noticia tanto para su país como para el resto de Europa. La papeleta era en extremo complicada, tanto para el propio Papandreu, como jefe del Ejecutivo heleno, como para una cámara sabedora de la responsabilidad a la que debía hacer frente. Y es que la dureza de las medidas a aplicar no está gustando en absoluto a la calle, como era de esperar; de ahí que parte de la clase política del país esté mostrando una irresponsabilidad palmaria a la hora de hacer demagogia con un tema tan serio. Es verdad que si se hubiera actuado como es debido en tiempo y forma, la situación ahora sería menos dramática. Pero de nada vale lamentarse y echar la vista atrás. Tan comprensible es la indignación de la ciudadanía griega como las cautelas europeas a la hora de exigir el mayor número de garantías para no echar a fondo perdido el costosísimo importe de un segundo rescate. Hay que hacer recortes drásticos y, sobre todo, modificar una serie de comportamientos muy establecidos a nivel de la administración pública y que son, en cierto modo, coadyuvantes de la cuasi quiebra que vive Grecia. Por otra parte, el que el país heleno forme parte de la Unión Europea le está salvando de una hecatombe financiera; toda una lección para los euroescépticos. Sin embargo, el mismo hecho visto desde otro prisma incita a reflexionar sobre la vulnerabilidad de los 27 ante la caída de uno de sus miembros. Argumento de peso como para que quienes van a pagar la cuenta -es decir, los otros 26 países de la Unión- quieran asegurarse ante futuros vaivenes. Y un aviso a navegantes del riesgo que corren aquellos que, como España, no hacen los deberes a tiempo. |
|||
El Imparcial. Todos los derechos reservados. ®2025 | www.elimparcial.es |