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Opinión | |||
Afrontando desafíos |
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Ricardo Ruiz de la Serna | |||
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El General Hussein Salami, Vicecomandante de la Guardia Revolucionaria iraní, ha anunció este sábado unas nuevas maniobras en el Estrecho de Ormuz. Tras la gira hispanoamericana del presidente Ahmadineyad la semana pasada, continúa creciendo la tensión en torno al Golfo Pérsico con el suministro petrolífero en riesgo. Precisamente este lunes se celebra en Bruselas la reunión de Ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea que podría aprobar, a propuesta francesa, un nuevo paquete de medidas no militares para frenar la escalada belicista del régimen iraní. Una de las más relevantes es el embargo al petróleo iraní, que entraría en vigor de inmediato a excepción de los suministros ya contratados, que tendrían una moratoria hasta el 1 de julio. Los países más afectados por las problemas del crudo iraní son Grecia e Italia, que dependen en aproximadamente un 14% de la República Islámica. Mientras tanto, China ha instado a Irán a no fabricar armas nucleares y el embajador iraní en Moscú ha denunciado la preparación de una guerra por la presencia de buques militares estadounidenses en el Golfo. La verdad es que el tiempo se acaba. Las próximas elecciones en Irán obligan a Mahmoud Ahmadineyad a presentarse como el defensor de su país frente a las presiones y las intromisiones de Occidente tomando una retórica que se remonta al tiempo de Mossadegh. Envuelto en la bandera de la soberanía y el desarrollo energético, el presidente pretende una vez más ganar tiempo mientras su programa sigue fuera del control del Organismo Internacional de la Energía Atómica, que ya ha advertido de la falta de cooperación iraní. Para afrontar el desafío iraní, la Unión Europea y los Estados Unidos tratan de aunar esfuerzos que eviten la guerra y frenen al régimen de los ayatollahs, que hasta ahora va ganando el pulso. Las elecciones de 2012 condicionan el margen de Obama para tomar según qué decisiones y la crisis económica consume casi todas las fuerzas de la Unión Europea. Sin embargo, ahora más que nunca, la amenaza iraní debe ser conjurada y España debe contribuir a ello. La oposición en Irán ha sufrido el progresivo control por parte del Estado de las redes sociales que propiciaron la Revolución Verde y la ola de esperanza en las grandes ciudades del país. La represión se ha acentuado mediante el uso para la represión de los mismos instrumentos tecnológicos que los opositores utilizaban para organizarse: el teléfono móvil, los sistemas de mensajería, los blogs, el envío instantáneo de fotos... Lejos de propiciar el anonimato, la tecnología ha servido para localizar, detener y encarcelar a disidentes y opositores. Muchos han desaparecido. La debilidad de Occidente es para el régimen iraní una señal de éxito. Mientras Teherán resista un día más, en realidad quedará un día menos para lograr el armamento nuclear que consolidará su poder en la región. Mientras la Unión Europea y Estados Unidos vacilen, el régimen seguirá avanzando. Cada desafío que se les lanza, nos acerca más y más al terror y la opresión. Cada guante que Ahmadineyad lanza a Occidente es un paso más hacia la violencia y el miedo. Si la Revolución Islámica consigue armas nucleares, ni España, ni sus aliados ni Occidente estarán a salvo. Por eso, es crucial que la Unión Europea muestre la máxima firmeza frente a Irán y que asuma las consecuencias de defender la estabilidad y la seguridad en la región. Ni las maniobras ni el terrorismo deben arredrar a las democracias en sus esfuerzos. En este caso, Francia lidera la iniciativa de endurecer las exigencias al régimen de Teherán y España debe apoyarla. La mayor parte de los esfuerzos diplomáticos españoles van a estar centrados en Europa y los asuntos financieros, pero esto no puede servir para eludir los compromisos que un país como el nuestro debe asumir para ocupar el lugar que le corresponde en el mundo. Por eso, confío en que España se sume a los esfuerzos por garantizar la seguridad y la estabilidad en el Golfo y por evitar el chantaje que, a través de la violencia, el terrorismo y el petróleo, se pretende imponer sobre el mundo libre. |
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