Opinión

Indagando sobre Toulouse (I): los hechos

Luis de la Corte Ibáñez | Sábado 24 de marzo de 2012
Los trágicos incidentes acecidos en las localidades francesas de Montauban y Toulouse entre el 11 y el 21 de marzo han provocado inquietud y asombro en Francia y Europa, generando simultánea y sucesivamente cierta controversia sobre su significación. Como es habitual en estos casos, la exposición de lo sucedido no ha dejado de mezclarse con preguntas y contestaciones apresuradas, fundiéndose también a menudo la opinión generalista (tan gustosa de afirmaciones rotundas y estereotipadas) con el criterio de los expertos (los presuntos y los reales). Como ha señalado alguna vez Timothy Garton Ash, un agudo profesor y analista político de Oxford, los comentarios son gratis mientras que los hechos son caros. No obstante, transcurridas ya unas cuantas horas desde un desenlace final casi cinematográfico llega el momento de empezar a separar lo conocido de lo supuesto.

Comencemos, pues por revisar, los hechos, al menos los principales y más sustantivos. En unos pocos días tres soldados franceses, tres estudiantes (niños de tres, seis y diez años de edad, respectivamente) y su profesor de un colegio judío son disparados a bocajarro y asesinados por un único individuo. Una intensiva investigación conecta entre sí varios correos electrónicos y el robo de una motocicleta usada en los tres ataques investigados y gracias a ello la policía logra identificar al principal sospechoso, de quien suponen que podría estar a punto de cometer nuevos atentados contra dos policías y un soldado. Se trata de Mohamed Merah, un joven de 23 años y ascendencia argelina, nacido en Toulouse. Cuando la policía se presenta en su domicilio de Toulouse el 21 de marzo Merah no duda en abrir fuego hiriendo a dos agentes, mostrando así su resistencia a entregarse a pesar de estar acorralado. Comienza entonces un atrincheramiento que durará más de treinta horas. Tras varias conversaciones que no logran convencerle para que se entregue, Merah parece cambiar de actitud al llegar la noche del miércoles. Contradiciendo su anterior anuncio de una próxima entrega, le dice a los policías que ha decidido "morir con las armas en las manos". "Si muero yo –añade-, peor para mí, pero voy al paraíso. Si sois vosotros, peor para vosotros". Finalmente, después de haber aplicado diversos procedimientos para intimidarle y agotarle, la policía irrumpe en la vivienda del Merah en la mañana del jueves 21. El joven les espera agazapado en el baño y comienza a disparar al mismo tiempo que trata de escapar por una ventana. Pero las balas de los agentes le alcanzan y cae muerto.

Desde el mismo momento en que se inició el cerco los medios de comunicación las informaciones y conjeturas sobre la identidad y motivaciones de Merah se sucederían en cascada. Por un lado, el propio atrincherado reconoce la autoría de los asesinatos por los que se le busca y desmiente las hipótesis iniciales del asesino en serie y el militante xenófobo o de extrema derecha. Justifica la matanza perpetrada en la escuela judía como una “venganza por los niños palestinos”, explica el asesinato de los soldados franceses como castigo al Ejército francés, por haber intervenido en la guerra de Afganistán y en protesta por la ley que prohíbe el uso del velo integral (en un video grabado y colgado por él mismo en internet, Merah aparece disparando a una de sus víctimas militares mientras dice: “Tú mataste a mi hermano, y yo te mato a ti”). Ya en las primeras horas del atrincheramiento se describe como un muyahidín y afirma haber perpetrado cada una de esas muertes en cumplimiento de una misión propuesta por Al Qaida. Las autoridades francesas y la prensa van filtrando a la opinión pública diversos datos que ayudan a dibujar un retrato biográfico de Merah. Sin ingresos legales conocidos en el momento de su identificación, aunque con alguna experiencia como mecánico en un taller de coches, Merah arrastraba un pasado de delincuente juvenil, con numerosos actos de violencia registrados y dos breves estancias en la cárcel, en 2007 y 2009, por delitos menores. Además de ser hermano de Abdelkader, quien años atrás pudo haber colaborado con una red yihadista dedicada a enviar voluntarios radicalizados a Irak, Mohamed Merah también pudo haber estado vinculado a Forsane Alizza (Caballeros del Orgullo), un grupo islamista recientemente disuelto por las autoridades francesas comom consecuencia de sus llamadas a la discriminación racial y religiosa. Visitó Pakistán al menos dos veces, en 2010 y 2011, y tal vez también en otra ocasión anterior y se supone que allí pudo haber recibido entrenamiento con militantes radicales en Pakistán, habiendo sido identificado y retenido por las autoridades afganas en la frontera con Afganistán o, según otras fuentes, dentro de ese país, en Kandahar. También se supo que una vecina de Merah le había denunciado en varias ocasiones por sus ademanes agresivos y por incitar a su hijo para que fuera un muyahidin. Por último, otras piezas que terminaban de completar el perfil yihadista de Merah salieron a la luz al poco de producirse su muerte. En pocas horas, páginas web de uso habitual por simpatizantes del islamismo radical recibían una nota reivindicativa. Con ese comunicado un supuesto grupo presuntamente vinculado a Al Qaida y autodenominado Yund al Jilafa ("El Ejército del Califato") manifestaba su satisfacción por los asesinatos de Merah y profería diversas amenazas: contra las autoridades francesas, por su tendencia hostil contra el islam y sus políticas contrarias a la sharía (ley islámica), y contra Israel, por sus crímenes en Palestina. Por su parte, la prensa revelaría que los viajes de Merah a Asia le valieron un interrogatorio con agentes de la inteligencia francesa y su inclusión en la lista sobre sospechosos de terrorismo que el FBI comenzó a elaborar en 2001, a raíz de los atentados del 11-S.

A partir de aquí, las preguntas y los temores se agolpan: ¿era Merah un lobo solitario o actuó en grupo?; ¿es un caso extraño y novedoso o es ordinario?; ¿por qué ha ocurrido esto en Francia?; ¿realmente pudo ser un nuevo mensajero de Al Qaida?; ¿qué significado guardan sus asesinatos respecto al futuro? ¿debería temer Europa (España incluida) más acciones como las de Montauban y Toulouse? Y si es así, ¿es esa la única clase de amenaza que nos cabe esperar del terrorismo yihadista? ¿Son las muertes causadas por Merah el resultado de la inoperancia de los servicios de inteligencia y las agencias policiales? Preguntas difíciles, con riesgo de provocar respuestas demasiado simples.

Continuará.

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