Dice encontrarse "a mitad de una tarea tan difícil como apasionante".
El presidente del Ejecutivo en funciones ha aprovechado su intervención en un foro organizado por el
Diario de Burgos para hacer un repaso del acontecer de la economía en sus años de gobierno y celebrar la
bajada histórica del paro registrado.
Rajoy ha usado los datos del desempleo y de la Seguridad Social como ejemplo de lo que ha mejorado la economía y para hacer una promesa: la de que los populares
no piensan descansar hasta que se recuperen todos los puestos de trabajo perdidos durante la crisis.
En este sentido, ha asegurado que en sus "desvelos" siguen estando los millones de españoles que siguen en el paro, y a ellos les ha mandado un mensaje: el de que pueden tener
"esperanzas fundadas" de que acabarán encontrando trabajo.
La bajada del paro le ha servido de enganche para una intervención puramente económica, en la que ha vuelto a recordar que cuando llegó al Ejecutivo
España estuvo "a punto de quebrar" y con "riesgo cierto" de ser rescatada, lo que se habría "llevado por delante el bienestar y el esfuerzo" de muchos años, y ha subrayado que con las medidas tomadas el país logró "su libertad".
Tras repasar todos los datos que demuestran la
mejora de la economía, que según ha dicho en los próximos años crecerá a un ritmo del 2,5% o más, Rajoy ha aprovechado para defender una de las promesas
estrella en la carrera hacia el 26J: la nueva bajada de impuestos.
Después de admitir que esa reducción solo será posible si la recaudación sigue aumentando, ha señalado en cualquier caso que en la próxima legislatura "se dan las condiciones" para bajar la tributación. Y ha asegurado que
"sería un enorme error no bajar los impuestos", algo que ve compatible con reducir el déficit porque también ha considerado que sería un error no seguir haciéndolo.
Rajoy ha insistido en que hay "dos opciones": la de mantener las mismas políticas económicas, que son "más ensalzadas fuera que dentro" y con las que el país "crecerá vigorosamente"; o cambiarlas, con lo que, ha advertido, España volvería a la situación de 2011, "un sitio en el que nadie quiere volver a instalarse".