"Queremos ser protagonistas y no meros espectadores en los teatros en los que se deciden las perspectivas de bienestar y prosperidad para nuestros pueblos", manifestó el gobernante en la apertura de la Cumbre de América Latina y el Caribe (CALC) sobre Cooperación y Desarrollo, en el balneario de Costa do Sauípe.
Ante los jefes de Estado y de Gobierno participantes, Lula subrayó: "solo superaremos los desafíos de la integración y el desarrollo si asumimos nuestra vocación latinoamericana y caribeña". Lula se refirió en concreto a la crisis internacional y reiteró que los países de la región no son los culpables del terremoto que en los últimos meses ha sacudido a los mercados financieros y se ha extendido a la economía real en todo el mundo.
"En medio de una crisis internacional sin precedentes nuestros países no son parte del problema, pueden y deben ser parte de la solución", expresó. "Nuestros países dieron en los últimos años pasos importantes en dirección al crecimiento sustentable y la estabilidad económica. Es inadmisible que nuestras legítimas expectativas sean ahora frustradas", dijo sobre la crisis mundial.
Efe
De la misma forma, reiteró las demandas de mayor transparencia en los organismos que regulan el sistema financiero mundial y abogó porque no se levanten barreras proteccionistas que perjudiquen el comercio mundial. Lula definió el actual como "un momento extraordinario" para el debate y recordó que "es la primera vez en dos siglos (de independencia) que la región une sus fuerzas". Antes "mirábamos para lejos en busca de soluciones que muchas veces estaban a la mano", apuntó.
Al hablar de la cumbre inaugurada este martes, el mandatario manifestó que la región tiene muchos desafíos, entre los que mencionó, además de la crisis financiera, la energética, alimentaria y ambiental. "La incertidumbre que el mundo vive hace más urgente la conjugación de esfuerzos", expresó el presidente brasileño, para quien los diferentes mecanismos de integración existentes en la región y que la cumbre aspira a coordinar "ofrecen un sólido punto de partida".
Finalmente, Lula da Silva le hizo tres peticiones al mandatario electo de EEUU, Barack Obama:
un cambio en la política hacia América Latina, el fin del embargo a Cuba y el cese de la violencia en Medio Oriente. Según el gobernante brasileño, si se cumplen sus deseos, podrá considerar que la victoria electoral de Obama no será apenas de un simbolismo excepcional por ser el primer negro en presidir Estados Unidos.
"Si eso ocurre, pienso que, además del simbolismo de la elección de un negro, podré decir que creo, cada vez más, que Dios existe", afirmó Lula, el primer obrero en llegar a la Presidencia de Brasil.
"La elección de un negro para presidir la nación más rica del mundo en un país en donde hace 40 años fue asesinado Martin Luther King no es poca cosa. Es algo de un simbolismo excepcional", aseguró. Agregó que una de las cosas que más desea del futuro Gobierno de Obama es un cambio en la política de Estados Unidos hacia América Latina y el Caribe.
"La otra (petición) es ponerle fin al bloqueo a Cuba. Es que tome la decisión de ponerle fin al bloqueo, que no tiene más explicación económica o política. No existe ninguna razón", aseveró. Lo último es "el fin de la violencia en Medio Oriente. ¿A quién le interesan tantos conflictos?", se preguntó.