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ENTREVISTA

Juan Diego Botto: "Hay que tener un poco de patriotismo con respecto al cine español"

Laura Crespo
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lauracrespoelimparciales/12/5/12/24
jueves 13 de noviembre de 2014, 17:01h
El actor estrena junto a Paz Vega La ignorancia de la sangre, de Gómez Pereira.
El actor Juan Diego Botto (Buenos Aires, 1975) estrena este viernes La ignorancia de la sangre, un thriller dirigido por Manuel Gómez Pereira (El amor perjudica seriamente la salud, Entre las piernas) en el que el hispanoargentino interpreta a un policía que deberá investigar el secuestro del hijo de su amante. Junto a Paz Vega, Alberto San Juan, Cuca Escribano y Francesc Garrido, Botto protagoniza esta adaptación cinematográfica de la novela homónima de Robert Wilson, reconocido autor del género negro, en la que la acción se sitúa en Sevilla y la trama discurre entre las células del terrorismo islámico y los enfrentamientos de la mafia rusa.


Juan Diego Botto durante la presentación de La ignorancia de la sangre este miércoles en Madrid. (Efe)


Pregunta: Después de una temporada especialmente centrado en el teatro, La ignorancia de la sangre te devuelve a la gran pantalla. ¿Cómo ha sido el proceso?

Respuesta: Fue muy fácil. Llevaba un año y medio con Un trozo invisible de este mundo y entre medias solo había hecho una película con Marcelo Piñeyro, Ismael. Hace mucho tiempo que estuve a punto de trabajar con Manolo (Gómez Pereira) y tenía muchas ganas de coincidir por fin con él. Un día me llamó para ofrecerme un guión. Me pareció que el texto estaba muy bien, tenía un recorrido fantástico y un personaje muy atractivo para interpretar, con un arco dramático muy potente. Trabajar con Manolo, con Alberto, con Paz y con esa historia… la decisión fue muy fácil, era todo a favor.

P: Has reconocido en más de una ocasión que te apetece hacer comedia y Manuel Gómez Pereira, que nos tiene acostumbrados a películas con una clara vis cómica, te llama cuando decide lanzarse al thriller…

R: Está claro que es mi sino. Desde hace tiempo tengo ganas de hacer comedia, disfruto mucho de ese género y es algo que he hecho muy poco en mi carrera. He hecho muchos personajes serios, dramáticos y atormentados, pero muy pocos personajes cómicos. Y Manolo, que es quizá uno de los mejores directores de comedia de este país, se mete en este thriller, en este cine policiaco, y me llama… Sí que hemos abierto la puerta y el contacto como para que en su siguiente comedia quizás podamos colaborar.

"Disfruto mucho de la comedia y es algo que he hecho muy poco en mi carrera"


P: Este verano cerrabas el recorrido de Un trozo invisible de este mundo, un proyecto completamente personal en el que has llevado, por primera vez, un texto tuyo a los escenarios. ¿Cuesta decir adiós a algo así?

R: Sí cuesta, pero a la vez estoy muy agradecido. Esa función me ha dado mucho, tanto en lo personal como en lo profesional. Es, sin duda, el proyecto más personal y el más gratificante en el que me he involucrado y no quería extenderlo de más en el tiempo. Quería darle un cierre bonito, acabar bien, cuando estaba llenando las plazas, y no aprovecharme de él comercialmente. Hemos tenido un año y medio de gira, no nos podemos quejar, me quedan algunos bolos sueltos que haré el año que viene y me despediré de la pieza en Buenos Aires. Desde el principio he querido que fuera algo que no se sobreexplotara.

P: Tanto en esta obra como en muchas de tus declaraciones públicas, te has mostrado sensible al tema de la inmigración, que te ha tocado de cerca en lo personal. ¿Qué te dice la situación actual de España al respecto?

R: Que a este país se le ha robado una promesa, un relato. A la generación de mis padres se le había prometido que si trabajaba duro, si se esforzaba y mandaba a los hijos a la universidad, esos hijos tendrían un futuro, un trabajo y un espacio en la sociedad. Ese relato ha sido arrebatado, esos padres se han esforzado mucho y sus hijos, que tienen una carrera, un máster e idiomas, no encuentran trabajo aquí y tienen que irse fuera. El otro día un grupo de personas inició una campaña en la universidad que se llamaba ‘Faltan 45.000”, el número de estudiantes que por la subida de las tasas universitarias no se van a poder matricular, además de la cantidad de gente que se ha tenido que ir fuera a trabajar. Es una pérdida para todos. La cantidad de escritores, ingenieros, sociológos y demás que estamos perdiendo se traduce en pobreza para el país.

"A este país se le ha robado una promesa"


P: Tu compromiso con las causas sociales o culturales, ¿tiene que ver, en general, con lo que entiendes por ciudadanía? ¿O sientes algún tipo de responsabilidad al disponer, por tu condición de actor, de una mayor visibilidad?

R: No siento que tenga una responsabilidad por tener más visibilidad. Creo que como ciudadanos todos tenemos, lo primero, el derecho contemplado de poder expresar nuestras opiniones. Además, creo que también tenemos el deber de tratar de contribuir en la medida de la posible a debatir, a pensar, a hacer este mundo lo más digno posible. El primer elemento fundamental para cambiar las cosas es la información. Mover la información y tener conocimiento de la realidad es el primer ladrillo fundamental sobre el que se puede construir un espacio distinto.

P: Has dicho en algún momento que ves que en España ha llegado el momento del cambio. ¿Eres optimista en cuanto revertir la situación política, económica, cultural y social de nuestro país?

R: Soy moderadamente optimista. Creo que la situación es muy, muy, muy complicada, pero también que están dadas las condiciones como no habían estado dadas nunca, al menos en mi generación, para que se produzca un cambio sustancial. Por primera vez en mi generación existe la posibilidad de tumbar el bipartidismo, que ha sido el eje sobre el que se ha construido un modelo social que ahora mismo claramente no funciona y que para mi gusto ha sido inmovilista en un montón de cosas. Lo que yo visualizo es que este modelo está bastante tocado, por no decir podrido, y por primera vez se vislumbra la posibilidad de tumbarlo. ¿Va a pasar? No lo sé. ¿Están dadas las condiciones para que pase? Sí, por primera vez en treinta años es posible.

"Por primera vez en 30 años se vislumbra la posibilidad de tumbar un modelo que está podrido"


P: Llevas toda la vida, desde los ocho años, en el mundo del cine, de la televisión y el teatro. Desde tu dilata experiencia, ¿qué diagnóstico harías del sector?

R: Creo que el sector vive el peor momento que yo he conocido desde que me dedico a esto. Es un momento particularmente crítico. Las artes escénicas están francamente mal, hay una enorme creatividad pero el sector está al borde del cataclismo. Y lo mismo ocurre con el cine: hay cineastas, actores y actrices con muchísimo talento, se están haciendo películas que claramente conectan con los espectadores y este año posiblemente cerremos con un récord de cuota de pantalla del cine español; pero las dificultades, la negligencia y la desidia por parte de las instituciones públicas para con la industria cultural española son notables y, quizás, las más hirientes que yo he conocido.

P: ¿Te atreverías a prescribir un tratamiento para solventar esta situación?

R: Con respecto al cine, siempre se hace la broma de que para sanear el cine español lo único que hace falta es copiar la legislación francesa. Quizás no sea tan broma. Lo que hay que tener es un poco de patriotismo con respecto al cine español, en el sentido de cuidar lo propio, de tener la voluntad de cuidar la industria española del cine y no de atacarla y tratar de destrozarla. Son medidas de proteccionismo que se han aplicado en distintos países y allá donde se aplican funcionan. No hace falta irse a paradigmas de Estado del Bienestar como Francia. En Alemania tienen desgravaciones fiscales del 40 por ciento y en España las tenemos del 18. Incluso podemos mirar al corazón del capitalismo neoliberal, que es Estados Unidos: en Los Ángeles se acaban de aprobar unas desgravaciones fiscales de 400 millones de dólares para el cine americano.

"La desidia de las instituciones públicas para con la industria cultural española es la más hiriente que yo he conocido"


P: Hasta hace no mucho solía asociarse, generalizando, el cine español a comedia y drama social. Ahora, La ignorancia de la sangre, se suma a una buena cosecha de thrillers de producción española estrenados en los últimos meses. ¿Se está abriendo nuestro cine a otro tipo de apuestas?

R: Sí, creo que ahora mismo el cine español no le tiene miedo a ningún género. Se hacen muchas películas de terror que han funcionado muy bien. Se hacen todo tipo de comedias: románticas, salvajes o picarescas, que son más tradicionales aquí. Se hace cine social. Y el thriller está funcionando también muy bien, como se ve en ejemplos como La isla mínima o El Niño. Ahora mismo, el cine español se atreve con todo.

P: Se acerca una de las citas más importantes para nuestra industria del cine, la gala de entrega de los premios Goya. En la última edición, la ausencia del ministro de Cultura levantó una gran la polémica. Si de ti dependiera, ¿recibiría invitación?

R: Si algo ha caracterizado al cine es la cortesía y la amabilidad. Este ministro se retrata solo. La invitación está bien y creo que, si viene, lo que sí tocaría es decirle las cosas que el sector tiene necesidad y ganas de decirle.
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