Bajeza parlamentaria
viernes 07 de abril de 2017, 00:16h
Gabriel Rufián ha conseguido lo que quería. El diputado de Esquerra volvió a convertirse en centro de atención este pasado miércoles por la retahíla de improperios que dedicó al ex ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz. La notoriedad que adquirió Rufián no fue por la calidad de su intervención, sino la zafiedad empleada; algo que, por desgracia, empieza a ser demasiado común.
Ayer mismo la presidenta de la Cámara, Ana Pastor, llamaba al orden al diputado de Podemos Diego Cañamero por intimidar al ministro de Justicia, y todavía resuena el tono absolutamente improcedente empleado por Pablo Iglesias al dirigirse a Mariano Rajoy hace escasas fechas. Da la impresión de que la izquierda radical está más pendiente de conseguir impactos en las redes sociales que de cambiar el estado de la “casta”.
Se está llegando a unos niveles de bajeza parlamentaria impensables hace bien poco. En el Congreso se recuerdan debates tan encendidos como articulados y argumentados.Ahora, en cambio, Podemos, nacionalistas y demás antisistema han sustituido argumentos por chascarrillos, cuanto más soeces mejor. Revelador, por otra parte, de la nueva política que viene por la izquierda.