En un acto presidido por Sus Majestades los Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía, que ha tenido lugar este lunes a las 19.30 horas en el Salón de Actos de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Don Juan Carlos I ha entregado al presidente del Teatro Real, Gregorio Marañón, la Medalla de Honor de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando 2017, cuya candidatura fue presentada por los académicos Tomás Marco, Manuel Gutiérrez Aragón y Francisco Calvo Serraller y que fue aprobada por el pleno de la Academia. El acto ha congregado a numerosas personalidades del ámbito institucional y cultural de nuestro país, como el ministro de Educación Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo; el secretario de estado de Cultura, Fernado Benzo; la directora general del INAEM, Monserrat Iglesias; la presidenta de la Comisión de Cultura del Congreso de los Diputados, Marta Rivera; y varios embajadores y personalidades como Teresa Berganza y Paloma O´shea, entre otros.
En su intervención el Rey Don Juan Carlos ha expresado su orgullo por regresar a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando “que ha sabido modernizarse y adecuar su papel a los tiempos actuales”. Para su Majestad, la Medalla de Honor “reconoce, en primer lugar, la historia de una institución cultural que, desde sus primeros pasos en 1818, ha alcanzado una altísima calidad en sus producciones artísticas con una notable proyección internacional. Asimismo el rey ha destacado la apuesta del Teatro Real en el campo de la innovación tecnológica, “elogiando sus iniciativas para incorporar a nuevos públicos, muy especialmente a los jóvenes, y el desarrollo de un Programa Social que tiene como objetivo la integración y el crecimiento personal de determinados colectivos desfavorecidos a través de la música.”
En su discurso, el presidente del Teatro Real, Gregorio Marañón y Bertrán de Lis, ha destacado el generoso apoyo que han prestado al Teatro Real Sus Majestades y les ha agradecido el haber ostentado la presidencia de honor del Teatro desde su reapertura, el 11 de octubre de 1997, hasta la abdicación del Rey Don Juan Carlos I, el 2 de junio de 2014. Asimismo, Marañón se ha referido al “extraordinario reinado” de Juan Carlos I, destacando que éste pasará a la historia por “haber logrado la reconciliación de las dos Españas, la recuperación de las libertades y la integración en la Unión Europea, así como por sus casi cuarenta años de progreso social y económico.” En este sentido, se ha referido también a la difícil situación en Cataluña, manifestando su esperanza de que “el recuerdo de lo alcanzado, gracias a la concordia y el consenso de todos, nos sirva para superar las circunstancias de hoy y seguir construyendo para las nuevas generaciones un gran país que contribuya también al necesario engrandecimiento de Europa.”
En su intervención ha destacado, asimismo, el apoyo constante al Teatro Real de las Administraciones Públicas fundadoras ─Ministerio de Cultura y Comunidad de Madrid─ y del Ayuntamiento de Madrid, y la colaboración imprescindible de la sociedad civil: los Patrocinadores agrupados en la Junta de Protectores, los mecenas que componen la Junta de Amigos, el Consejo Internacional y el Círculo de Amigos, y los miembros del Consejo Asesor. Ha resaltado la labor de todos los presidentes y de los directores generales y artísticos que tuvo el Teatro Real desde su reinauguración hasta la actualidad, la dedicación y profesionalidad de sus trabajadores y el apoyo del actual ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, así como el de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes y la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena.
Al concluir su intervención, Gregorio Marañón ha resumido así el compromiso con el pasado, el presente y el futuro del Teatro Real: “Nuestra institución tiene, desde su origen, en 1818, la vocación de ser la ópera nacional de referencia en nuestro país, y de proyectarse internacionalmente. Tras un larguísimo paréntesis en estos cuatro lustros ha alcanzado esta posición de liderazgo, habiendo superado la terrible crisis de 10 años sin incurrir en ningún endeudamiento y saliendo de la crisis fortalecido y habiendo hecho sus deberes. El Teatro Real está considerado hoy como la tercera institución cultural española y la primera en el ámbito de las artes escénicas y musicales.” Pero todo ello, ha finalizado, “no debe inducirnos a la autocomplacencia, pues cada vez que cumplimos un deber tenemos la obligación de inventarnos inmediatamente otro nuevo.” En este sentido, ha reiterado el compromiso de la institución de seguir contribuyendo cada día, “desde la excelencia, a la causa de la cultura al servicio de nuestros ciudadanos.”
Por su parte, el
académico y compositor Tomás Marco, responsable de la laudatio, ha repasado la trayectoria e importancia del Teatro Real a lo largo de sus doscientos años de historia, remarcando como “particularmente importante” que a partir de 2007 el Teatro haya “alcanzado una independencia y estabilidad respecto a los poderes públicos (…) con una
gestión independiente y profesional no dependiente de los ciclos electorales”. Para Tomás Marco “el Teatro Real ha realizado una enorme labor cultural con el público para ser tanto un foco de creación cultural viva como de alto entretenimiento cultural. También se ha dirigido a nuevos sectores de espectadores y lleva una amplia política de acercamiento al público infantil y juvenil. Todo ello es lo que le hace ser no sólo un teatro lírico sino una institución cultural capaz de insertarse en su sociedad y transformarla. (…) A los
doscientos años de su primera fundación y veinte de su reapertura, el Teatro Real ha realizado una importantísima labor cultural para España