En la sesión de control al Gobierno se ha vuelto a comprobar que ningún partido se ha movido un milímetro en sus planteamientos ante la posible sesión de investidura de Pedro Sánchez. Podemos exige entrar en el Consejo de Ministros, lo que el PSOE rechaza, y el PP y Ciudadanos descartan abstenerse. Tras el debate, el adelanto de elecciones parece inevitable.
Entre otros muchos enfrentamientos parlamentarios, Pablo Casado y Albert Rivera han coincidido en acusar a Pedro Sánchez de chantajear al PP y a Ciudadanos cuando les exige desbloquear la investidura para que las Comunidades Autónomas puedan recibir la financiación del Estado que esperan desesperadamente desde hace meses. Sigue sin asumir el presidente en funciones que él es el único responsable de salir investido presidente por su incapacidad para lograr los apoyos parlamentarios. Pues ésa es la obligación del candidato, no de los partidos de la Oposición.
Pero más grave y aberrante es el otro chantaje que Sánchez ha vuelto a echar en cara del PP y a Ciudadanos cuando también les exige su abstención para evitar tener que pactar con los partidos separatistas para poder gobernar. O lo que es lo mismo: que está dispuesto a llegar a acuerdos con ellos si fuera necesario para salir investido presidente. Pablo Casado y Albert Rivera deberían denunciar también este chantaje.
Pues Pedro Sánchez ha vuelto a dejar claro en el debate del Congreso que está dispuesto a formar Gobierno con sus socios de la moción de censura. Esto es: con Otegui, Puigdemont y Torra. El problema que se encuentra el posible candidato no es otro que su ansia de acaparar todo el poder. De ahí, su ruptura de negociaciones con Podemos, el único partido capaz de hacerle presidente. Como le espetó Pablo Iglesias, porque lo que quiere es repetir las elecciones. Como le dijo Pablo Iglesias, “el problema es de Pedro Sánchez, porque lo que quiere es repetir elecciones”. Pero él no quiere enterarse.