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En busca del crecimiento

Exportar, innovar y potenciar el 'spanish way of life', claves de futuro

viernes 07 de junio de 2013, 19:27h
El estallido de la burbuja inmobiliaria dejó un gran vacío en la economía española en cuanto a sectores pujantes cuya buena marcha ejerza como locomotora que tire del resto. Los expertos se han preguntado cuáles pueden ser las bazas del tejido económico español, una vez superada la larga resaca del ladrillo, para crecer. Algunas de las pistas vienen de la situación geográfica de España o de su demografía, mientras que los desequilibrios que venían registrando también dejan entrever dónde están los nichos de mercado en los que se puede mejorar.

Sectores con potencial exportador
Durante mucho tiempo, España ha dependido en exceso de la demanda interna. Sin embargo, el estancamiento ha llevado a las empresas a poner el énfasis en las exportaciones, algo que todavía tiene un largo recorrido. En su estudio “Sectores de futuro para la economía española”, los analistas de BBVA Research llegaban a la conclusión, en 2011, de que los sectores con mayor potencial exportador y de futuro son aquellos cuyo endeudamiento es relativamente bajo, y su rentabilidad, alta, si la comparamos con la de los mismos sectores de países de nuestro entorno.

“La evidencia indica que las empresas españolas en un número importante de sectores con un peso significativo en la economía son más rentables que las de las grandes economías europeas y atraen inversión del exterior. Adicionalmente, son sectores con un alto grado de internacionalización, cuyas exportaciones se están abriendo paso en nuevos y dinámicos mercados”, aseguraban los expertos de este servicio de estudios.

¿Y, cuáles son esos sectores? El estudio se refiere a hoteles y restaurantes, programación, consultoría y actividades relacionadas, comercio al por menor, transporte o comercio al por mayor e intermediarios del comercio.

Además, Internet ha dejado de ser una herramienta que se utiliza tan sólo para buscar información para pasar a ser un gran escaparate en el que comprar todo tipo de productos, lo que explica el crecimiento del comercio electrónico en España.

Según la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones, el comercio electrónico en España batió un nuevo récord de facturación en 2012, al ingresar 10.455 millones de euros en todo, un 13,6% más que en el 2011. Y es una tendencia creciente: el cuarto trimestre de 2012 marcó un nuevo máximo al superarse los 40 millones de transacciones.

Recientemente, el economista José María Gay de Liébana incluía entre los sectores de futuro y con capacidad de crear empleo en España el de la industria química, por el que están apostando muchas pequeñas y medianas empresas, que además están teniendo éxito en las exportaciones al extranjero. El estudio del BBVA también notaba esta pujanza de los fabricantes de productos químicos, hierro, acero y metales no ferrosos.

El largo camino de la innovación y la imagen
Dentro de la fiebre exportadora que vive España, se ha de tener en cuenta la importancia de los bienes diferenciados, que tengan el cuenta el factor de la innovación y la ventaja competitiva, además de la imagen de marca y de prestigio, frente a aquellos bienes que compiten mediante el precio, donde los países emergentes son más fuertes. En un estudio realizado por Fedea y McKinsey & Company, se citaban como bienes donde España puede aportar un valor de diferenciación los instrumentos médicos de precisión y ópticos, equipamiento aeronáutico y espacial, o la joyería. Dentro del apartado de innovación quedarían los productos químicos y farmacéuticos, los productos médicos, ópticos y de precisión, mientras, que las fortalezas españolas en cuanto a imagen vendrían dadas por los alimentos y bebidas con fuerte marca –el vino sería un claro ejemplo-, los cosméticos, jabones y productos de limpieza, así como el equipamiento musical o las joyas.

Si comparamos el peso que tienen este tipo de productos dentro de la exportación total española, en comparación con el entorno, puede verse que los bienes diferenciados tan sólo suponen el 4,4% del total, frente al 9% de Italia, el 11,5% de Francia o el 6,8% de Alemania. Por tanto, a la ‘marca España’ parece que le queda todavía mucho camino por recorrer en este sentido.

Servicios a empresas
Los analistas también destacan el potencial que tienen los servicios a empresas dentro de la economía española. El estudio de Fedea y McKinsey & Company los divide en servicios jurídicos, auditoría, consultoría y contabilidad, que acaparan un 40% del sector, los servicios de arquitectura e ingeniería, con un 15%, los publicitarios con un 5%, y los de recursos humanos, con un 15%.

Además, destacan el potencial de las nuevas tecnologías en este sentido. Dicen que “una empresa que pretenda tener actividad comercial a través de Internet debe plantearse el acometer una serie de desarrollos informáticos: diseñar e implementar la página web, incorporase a la red a través de buscadores, agregadores…”, y citan fuentes del sector según las cuales, en España sólo un 11% de las microempresas cuentan con una página web, mientras que la media de Europa es del triple, lo que muestra que puede convertirse en una actividad de futuro, que, calculan, puede crear hasta cincuenta mil nuevos empleos.

El vergel, la huerta, el asilo
Muchos observadores han visto el paralelismo entre el papel de los diferentes países de la Unión Europea y los estados de EEUU. En el país norteamericano nadie discute el papel que cada estado en particular tiene en la economía: a grandes brochazos, las grandes finanzas están en Wall Street, Nueva York, el petróleo y el sector aeroespacial en Texas; mientras que ‘Silicon Valley’ es la Meca de la informática y las TIC, y Hollywood la del cine, los estadounidenses sueñan con un retiro en Florida.

En Europa todavía no está tan engrasada la maquinaria, pero cabría esperar que cada país asuma un papel en una unión económica que comparte moneda común, y que el futuro puede ver cómo se produce una unión fiscal, y las economías euro converjan de una manera más evidente.

En este sentido, algunos economistas ya han sugerido que el papel de España puede estar relacionado, además de con la innovación –se trata de un país puntero en alta velocidad ferroviaria y en energías renovables, con su situación privilegiada en cuanto a clima, historia y modo de vida. Así, se suceden las metáforas de que el país está destinado a ser “la huerta de Europa”, o incluso “el asilo de Europa”.

El economista Gay de Liébana ha situado los servicios a la tercera edad, y la agroalimentación como dos sectores que crearán trabajo en España en el futuro.

En cuanto a los servicios para las personas mayores, el envejecimiento de la población europea hace de España un país atractivo para jubilados de todo el continente. Esto activaría puestos de trabajo relacionados con la dependencia y la salud, pero también con el ocio. Además, según apuntan desde Fedea, puede reactivar el mercado de la segunda vivienda en la costa, donde tras el estallido de la burbuja inmobiliaria se ha acumulado un importante stock.

Por último, la agricultura, la ganadería y la pesca también parecen ser sectores de futuro, según Gay de Liébana. De momento, y tal como muestra el ‘Observatorio de las ocupaciones’, los peones agrícolas y agropecuarios han sido dos de las profesiones en donde más se han incrementado los contratos de trabajo en el último año.
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