Magdalena Álvarez: la normalidad de la dimisión
viernes 09 de mayo de 2014, 00:03h
La defensa, con empeño digno de mejor causa, que el PSOE ha venido realizando de Magdalena Álvarez, ha caído estrepitosamente. La Audiencia Provincial de Sevilla ha desestimado el recurso interpuesto contra su imputación en el caso de los ERES falsos por parte de la juez Alaya y ha dictado un auto tan impecable como contundente en el que ratifica de forma taxativa la imputación de la ex-consejera de Economía y Hacienda de la Junta Andaluza. Una imputación que se inscribe en la lógica más estricta, pues resulta increíble que en un fraude de las proporciones y millonarias cuantías que implicaba, los dirigentes del Ejecutivo andaluz -y no solo Magdalena Álvarez- fueran ajenos.
Al ratificarse la imputación, el PSOE ya no podrá arremeter como lo ha hecho contra la juez Alaya, en un intento de desprestigiar -con débiles y torticeras argumentaciones- a la magistrada. Por mucho que los correligionarios de “Maleni” se empecinen en presentar las actuaciones de la juez Alaya poco menos que como las de una maestra que tiene manía a un alumno y por eso le suspende, la realidad desmiente sus interesados delirios. Esta confirmación de la Audiencia sevillana abre un nuevo panorama en la situación de la imputada, que no puede seguir echando balones fuera, como si con ella no fuera la cosa. Es obligado que la señora Álvarez presente de inmediato su dimisión como vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), donde no es de recibo que alguien sobre quien pesa una imputación represente a su país. Comprendemos que se resista, pues, claro está que no quiere perder no solo el cargo, sino la más que suculenta retribución que lleva aparejado, que se acerca a la cantidad de 30.000 euros mensuales, y que sale del bolsillo de todos los contribuyentes. Pero sabemos que “Maleni” no se quedara en la miseria aunque tenga que prescindir de esos emolumentos. Esa miseria que seguramente sí ha afectado a quienes deberían haber sido los legítimos destinatarios del dinero que la Junta utilizó a su antojo de manera fraudulenta.
Al ser ratificada la imputación, el Banco Europeo de Inversiones, como es natural, tomará cartas en el asunto para su posible destitución. Antes de que esto se produzca, la señora Álvarez debería abrir camino en la necesaria y más que saludable cultura de la dimisión, que parece causar una tremenda alergia a nuestros políticos, sin distinción de colores. Forma parte imprescindible del buen funcionamiento del sistema democrático que los dirigentes asuman sus responsabilidades políticas, lo que no obsta para que sigan manteniendo su presunción de inocencia.