En uno de los escenarios más bellos de Madrid, al lado de... Por Rafael Anson
En uno de los escenarios más bellos de Madrid, al lado del Hotel Ritz, está COMALA, un
buen restaurante de fusión construido a partir de una cocina mexicana esencial. Aunque su trayectoria es corta, al principio estuvo asesorado por el acreditado chef Abraham García (Viridiana), quien hoy está desvinculado por completo; no obstante, ha dejado como legado el nombre del establecimiento, un homenaje al caluroso lugar en donde Juan Rulfo situó a Pedro Páramo. Y también a un gran trío de responsables.
Actualmente lo gestiona con mano firme la joven
Myriam Moreno, con la colaboración de
Jaime Gómez, como jefe de cocina, y Henry Rodríguez, al frente de la sala, un equipo formado en el propio Viridiana. Proponen interesantes paradas en la atractiva gastronomía mexicana sin olvidar las referencias genuinamente españoles y alguna más, de otras procedencias, por eso los símbolos de esta fusión son el cactus y el olivo, América y el Mediterráneo.
Diversos ambientes y conceptos gastronómicos
Comala combina muy diferentes conceptos y ambientes gastronómicos, desde la taquería hasta el bar, del restaurante a la coctelería, sin olvidar su terraza abierta durante todo el año para una treintena de personas con vistas al propio Ritz y a la Bolsa de Madrid.
Yo disfruté el otro día de un interesante menú del que formaron parte un fresco y tradicional
guacamole con maíz y plátano macho frito; un
salmonete de fresón con arenque marinado del Báltico y tortillas de maíz frita; un taco de pollo con mazorca y pimientos del piquillo asados;
ceviche de dorada con cítricos, batata y maní frito, chipirón a la plancha relleno de huitlacoche con arroz thai y monoselina de coco y, como postres, tarta “tres leches”.
Otras alternativas son los tacos (de cochinita pibil, de escalibada con atún..), los huevos con setas y mousse de boletus, las albóndigas con salsa mexicana y cous cous y otro postre como la mousse quemada de fruta de la pasión.
Y, al margen de la comida, también se puede disfrutar de una amplia
gama de cócteles, encabezados por la inevitable margarita y otros grandes clásicos. Todo para redondear un viaje a los dos lados del Océano Atlántico con una superposición de referencias gastronómicas. Una fusión sabrosa y sensata en un escenario privilegiado de Madrid.