ESPAÑA: MÁS DE 50.000 MUERTOS POR LA COVID-19
viernes 26 de junio de 2020, 13:01h
José Almagro, con la colaboración de destacados especialistas, ha elaborado un informe científicamente concluyente...
José Almagro, con la colaboración de destacados especialistas, ha elaborado un informe científicamente concluyente: en España, la cifra de fallecidos por el coronavirus sobrepasa los 50.000. La desviación de mortandad entre los últimos cinco años y el presente es un dato no preciso, pero incuestionable. La información proporcionada por el Instituto Nacional de Estadística, por el Sistema Monitorización de la Mortalidad, MoMo, por el Instituto de la Salud Carlos III y otras instituciones científicas deja poco lugar a las especulaciones o a la duda.
El Gobierno frentepopulista ha mentido a los españoles de forma manifiesta para evadirse de la responsabilidad de haber autorizado, por razones políticas, las manifestaciones del 8-M. Como consecuencia, no pudo prohibir aquel fin de semana ni los mítines políticos ni las concentraciones deportivas, sobre todo los partidos de fútbol. El resultado es que España ha encabezado como primer país del mundo la cifra de fallecidos por millón de habitantes. Todavía se sigue engañando al instalar a Estados Unidos en cabeza cuando la gran nación americana dispone de una población siete veces superior a la de España y en cifras relativas habría que multiplicar por siete los fallecidos españoles para establecer una comparación real con los de la nación estadounidense.
La información de José Almagro es concluyente. Con una irreprochable argumentación científica, multiplica casi por dos los muertos por la Covid-19 reconocidos por el Gobierno de Sánchez en sus manipuladas cifras oficiales. A izquierda y a derecha tienen razón los partidos que reclaman la verdad sobre el impacto letal del coronavirus en España. Y, sobre todo, la opinión pública a la que asiste todo el derecho a conocer las cifras reales y también la repercusión del despropósito sanchista al autorizar las manifestaciones del 8-M, y como consecuencia, los mítines políticos y los espectáculos deportivos.