Pedro Sánchez, centrado en exclusiva en la campaña electoral, maniobra descaradamente para zafarse de Podemos, para no ser salpicado por las barrabasadas políticas del partido morado. Y para esta operación se ha aliado con Yolanda Díaz, que busca engullir al partido fundado por Pablo Iglesias y acaparar los votos de la extrema izquierda. Se ha comprobado en la tardía propuesta socialista para corregir los “efectos indeseados” de la ley del “solo sí es sí”, respaldada públicamente por la vicepresidenta en contra de la ministra de Igualdad. Y acaba de ocurrir con el acuerdo del Gobierno con los sindicatos para incrementar el salario mínimo en un 8 por ciento.
Yolanda Díaz propuso que se incrementara ese porcentaje en la mesa de diálogo y Pedro Sánchez anunció el acuerdo en el Senado. Un tándem perfecto, en busca de la próxima coalición de Gobierno, si es que pueden.
No quiere acordarse Pedro Sánchez que llegó a la Presidencia del Gobierno gracias a Pablo Iglesias, que urdió y negoció con ERC, Bildu y compañía la moción de censura. El presidente, sin embargo, quiere aniquilar a Podemos porque, ahora sí, no puede dormir por las muchas impertinencias de Montero y Belarra. Prefiere ir del brazo de Yolanda Díaz, que siempre sonríe y deslumbra a muchos con su melena rubia y sus trajes a la moda.
De ahí, los ataques de Pablo Iglesias a Pedro Sánchez y a Yolanda Díaz por su traición. Porque a uno le hizo presidente y. a la otra, vicepresidenta. Sin el fundador de Podemos, Sánchez seguiría en la oposición y Yolanda sería una desconocida en la política española. Pero, ahora ambos están crecidos, centrados en la campaña electoral y entienden que Podemos es un lastre que hay que tirar por la borda. Y sueñan con un Gobierno de coalición entre el PSOE y Sumar, todavía un embrión de partido. Por el bien de España, hay que esperar que se estrellen en las urnas.
Si (
No(
A favor (
En contra (
