Si el toreo de a pie puede degradar hacia un mero ejercicio circense, el rejoneo con mayor facilidad puede llegar a ser un mero número de caballito. Esto es lo que hemos presenciado hoy en Las Ventas. Esta vez la plaza no estuvo llena. Los toros de Fermín Bohórquez, de dispares edades, para el trio de siempre: Pablo Hermoso de Mendoza, Lea Vicens y Guillermo Hermoso de Mendoza. Los tres jinetes necesitaron la ayuda de los auxiliares para colocar al toro en suerte y hubo numerosas salidas en falso.
Pablo Hermoso con Retraído (1° 3/19) no hizo cosas malas ni dio relieve a lo bueno. El toro embestía informal, rozando los caballos. Montando a Castor puso tres banderillas cortas e hizo un desplante, el teléfono. El rejón fue trasero, después de un pinchazo. Se atasca con el descabello: sonoras protestas. Bandolero (4° 11/17) resultó muy castigado y se amorcilló en las tablas a la mitad de la faena. Un metisaca y un rejón entero trasero. Pitos.
A Lea Vicens no le hace falta ni torear para cosechar aplausos. Si no hubiera rematado a Pastelero (2° 3/19) con un rejón atravesado, bajo y trasero, habría salido por la Puerta Grande. La presidencia aguantó una silba y no cedió el premio. Desplegó su saber con Numerario II (5° 3/18). Citó a porta gayola con Cleopatra, puso bien el primer rejón de castigo y estaba por poner otro, de repente desistió. La faena con Aladín, puso las banderillas largas igual que sus intentos de ponerlos, pero acertó con la colocación. Galopando de costado sacó al morlaco del terreno de los chiqueros, pero el toro buscaba refugio. Hubo un palo puesto en los terrenos arriesgados entre el toro y las tablas. Puso las cortas y el rejón de muerte mejor colocado esta vez, enloqueció al respetable. Una oreja y una vuelta al ruedo rodeada de Gallus Gallus, es decir gallos y gallinas. El público fue generoso. Y también algo malicioso: al no atar a uno de los Gallus, nos brindó la oportunidad de asistir al gran espectáculo de capear a un gallo.
Guillermo Hermoso toreó de cara a la galería: siempre animando al tendido, ostentoso, perdiendo el tiempo de la faena en largas galopadas. Tardó en abordar al abanto Impecable (3° 10/17). Le tiró un rejón de castigo como un dardo: muy caído. Costó su tiempo con dos rosas y un par a dos manos. Un pinchazo sin soltar y una media en el brazuelo. Otro con derrame. Idéntica faena con Quintero (6° 9/18), pero con más acople. Martincho quebró dos veces en la cara del astado como preludio a un buen rejón de castigo. Guillermo, muy pinturero, ganó la benevolencia de los tendidos. Ilusión y Esencial han cumplido. El rejón de muerte no encuentra al toro y acaba en la arena. El segundo intento prosperó. Una oreja.