ENTREVISTA a
Jose María López Bueno:"Marruecos nunca atacará Ceuta y Melilla aunque las ambicione"
martes 12 de febrero de 2008, 20:17h
-Háblenos del espíritu de Melilla, una oportunidad para las relaciones hispano-marroquíes.
-Independientemente de la controversia que pueda existir entre los diferentes Ministerios de Asuntos Exteriores y las políticas oficiales, a la gente que está a éste y al otro lado de la frontera, lo que nos preocupa es la familia, su trabajo, la salud de sus hijos y las posibilidades que de desarrollo que tiene cada uno.
-La percepción de muchos peninsulares puedan tener sobre Ceuta y Melilla es de incertidumbre.
-Hay dos dimensiones. La peninsular, que dice que no hay solución porque "tú me pides algo que yo no te quiero dar porque es mío". Y luego hay que va más allá de la diferencia. En esa frontera, que es la que origina la controversia, los que viven a uno y al otro lado de la frontera con deficiencias y con problemas, saben sacar cosas de provecho. Es el caso de esas 30.000 personas que cruzan todos los días la frontera y ese cruce es de ambos lados. A Melilla viene mucha gente a comprar, a estudiar, a recibir servicios que no existen en Marruecos. Y los melillenses van a Nador por ocio, de compras… Ese cruce, ese intercambio de gente, es porque se saca provecho. Si ya existe ese intercambio, que es positivo, y si existe esa política europea de vecindad, cuyo objetivo es promover acciones de desarrollo transfronterizo para el crecimiento y desarrollo de las acciones vecinas, pues hagámoslo.
-¿En qué consiste esa Política de Vecindad Europea?
-La Política de Vecindad nació en 2004, con la ampliación a 25 de la Unión Europea, y lo que viene a decir es que hasta 2004, la única política regional o exterior europea que existía era el Proceso de Asociación de Barcelona en el año 95. Ésta afectaba a los países del Mediterráneo. La nueva iniciativa se amplía a otros países vecinos, con un argumento que todos entendemos: "si el vecino de al lado está ruinoso y es una fuente de problemas, al final te acaba salpicando". La Unión Europea dice que la estabilidad, el desarrollo y el crecimiento social no son posible sin considerar que tiene una influencia en el vecino. Se trata de que los países de al lado no estén mucho peor que nosotros.
-¿En qué se ha beneficiado Melilla y el territorio marroquí con esta Política de Vecindad?
-Todavía, en nada. Esta política se promulga en 2004 y el primer reglamento que se aprueba es de octubre de 2007. De los 12.000 millones de euros destinados hasta 2013, aún no se han repartido porque aún no han salido las grandes convocatorias. Pero lo que sí representa es una gran oportunidad. ¿Porque? Porque las entidades políticas europeas de cooperación transfronteriza como era Intered estaban muy limitadas y lo mismo ocurría con otros fondos. Hasta ahora, cualquier proyecto tenía que ser avalado y gestionado por una institución oficial. En estos momentos, el Reglamento de Vecindad te permite que los fondos vayan a los dos lados de la frontera y también participen organismos de la sociedad civil, que al mismo tiempo gestionen un determinado proyecto.
-Pero las demoras políticas, los tiempos legales, crean escepticismo entre quienes tienen iniciativas y ganas de hacer cosas.
-Le comprendo, las cosas van muy lentas. Hay quien ha dicho que la UE es un glaciar y por tanto no se mueve. Y es mentira, si se mueve, y cuando se mueve, se mueve mucho. Ahí tenemos el euro… Pero a mí no me preocupa la velocidad de la Unión Europea. La clave está en nosotros, en nuestra intuición de colaboración espontánea. Estos fondos están aquí y nosotros tenemos que saber movernos.
-¿Se refiere a la sociedad civil?
-Me refiero a Melilla… Mire, le pongo un ejemplo. Lo ridículo, lo surrealista, es un caso que sucedió con los fondos Intered. El 92 por ciento de esas ayudas, que iban para el desarrollo transfronterizo, acabaron en las provincias de Cádiz y de Málaga. ¡Ah!, en Ceuta un cinco y en Melilla un tres por ciento. ¿Y cómo puede ser? Es verdad que Cádiz y Málaga pueden ser frontera con Marruecos, pero más frontera somos nosotros, aunque sólo sea por sentido común. Fíjese, el sesenta por ciento de alumnos de una escuela de negocios melillense subvencionada por estos fondos, son marroquíes. Eso sí que es un proyecto de colaboración transfronteriza y no que hagan un Palacio de Exposiciones en Málaga, por mucho que luego abran una oficina de delegación con Marruecos… El reto es aprovechar la nueva situación e impedir lo que ha ocurrido con Intered. Ahora bien, parte del escepticismo viene del rechazo que el Gobierno marroquí tiene frente a políticas que llegan de Ceuta y Melilla y que están en favor de su progreso. Como muestra le diré, que hace poco se quemó un monte cerca de Melilla y Marruecos impidió que pasaran nuestros bomberos a apagar el fuego.
- En todo este propósito de crear una oficina de gestión europea, ¿qué apoyos ha recibido del actual Gobierno?
-Es un poco complicado. El Gobierno central, para ejecutar un programa europeo, te exige tener autoridad de gestión sobre ese programa. De hecho hay autoridades de gestión en ayuntamientos, comunidades. Pero es que el Gobierno central dice que ni Ceuta ni Melilla, que son ciudades autónomas, pueden ostentar la capacidad de autoridad de gestión.
-Estos meses, en los que el reino alauita llamó a filas a su embajador en Madrid, ¿se han vivido con mayor tensión en Melilla?
-Ni lo más mínimo. Ni por culpa del embajador ni por culpa de Perejil. Ni tampoco tuvimos problemas con la población marroquí cuando se produjo la visita de los Reyes de España.
-Entonces, ¿le parecería desmesurada la actuación del presidente Aznar en Perejil?
-En absoluto. Hizo lo que tenía que hacer. Mire, hay un libro editado por la Uned que se llama, Ceuta y Melilla, cuestión de Estado, escrito por Dionisio García Flórez. Este libro analiza la realidad de Ceuta y Melilla, y hay un capítulo de Perejil en el que dice una cosa, y es que realmente los argumentos jurídicos no están muy claros y, si en algún momento Marruecos quisiera testar cuál sería la respuesta de España en un paso mayor, Perejil sería la prueba. De hecho no se dice que se recupera la soberanía, se recupera el status quo. Porque es que lo que realmente estaban testando era la soberanía del pueblo español. Creo que hay líneas que no se pueden tolerar. Tenemos que tener muy claro qué somos.
-Hay quienes aseguran que Marruecos nunca se atrevería a atacar Ceuta y Melilla.
-También yo lo creo. Marruecos nunca atacaría a Ceuta y Melilla, pero sí verdad que es un argumento político del que los alauitas sacan rendimiento. Un enemigo común siempre une. Ahora, la credibilidad del discurso de los políticos marroquíes en la gente, quitando al Rey Mohamed, es nula.
-¿Qué pasó este lunes con la prensa de Melilla, a la que se le impidió que tomara imágenes en el interior de Centro de Estancia Temporal de Inmigración durante la visita de Rajoy?
-¡Ah!, pues porque no les dio la gana, porque cuando estuvo De la Vega y Rodríguez Zapatero la prensa estuvo allí, y eso se puede ver en la Hemeroteca. El CETI les impidió el paso. No querían que Rajoy si hiciera la foto.
-¿Se ha notado en Ceuta y Melilla "el buen rollito de Zapatero con Marruecos"? ¿Son mejores las relaciones entre los dos países?
-No se ha notado nada. Ha sido una política de escaparate… Ahora mismo recuerdo cuando le preguntaron a Rodríguez Zapatero en Sevilla por la soberanía de Ceuta y Melilla y lo único que hizo fue beber agua y salirse por la tangente. Varias semanas después, algunos marroquíes se saltaron la valla de Melilla y no pasó nada. No se tomó ninguna medida. Y hay símbolos que son intocables. Llegamos a cosas tan absurdas, que cualquiera que conozca algo de relaciones internacionales se parte de risa. Vamos a ver, un país, retira al embajador de otro país –Marruecos retira al embajador de España-, ¿y están los dos ministros de cachondeo en el país que retira al diplomático? Eso es de risa. Hay que guardar las formas.
-EL IMPARCIAL se ha hecho eco de la hoja de ruta que el Gobierno marroquí parece haber impuesto al de Zapatero, y de la actitud, digamos no contraria, a que esa situación, es decir, la cosoberanía, se produzca. ¿Qué tiene que decirnos de este asunto?
-Este Gobierno, las pruebas son evidentes, ha hecho de la mentira un instrumento político. Así que en este tema, todo vale. Ahora, dicho esto, le diré dos cosas. Es imposible: primero porque no hay ningún argumento de Marruecos. Por el hecho de que yo declare que soy la reina de Inglaterra, jamás lo seré, por mucho que insista; y segundo, que la mayoría de la población española no lo permitiría.