En Euskadi: grandeza de la política
Juan José Laborda
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martes 24 de marzo de 2009, 21:31h
El probable gobierno de Patxi López y los socialistas vascos, con apoyo externo de los populares de Antonio Basagoiti, abre problemas políticos que hacen grande a la política. El primer lugar, para los socialistas que van a gobernar: la mitad de sus votantes están de acuerdo, pero la otra mitad, no lo acaban de comprender. Un líder se forja convenciendo a la sociedad, algo intelectualmente hermoso, especialmente en esta hora, cuando se tiende a gobernar atendiendo sólo a las encuestas de opinión, sin arriesgar con propuestas de cambios, los normalmente confortables sondeos electorales de un gobernante astuto. La democracia instantánea., genera parálisis reformista.
En el País Vasco, además de esas otras causas conocidas de todos, la alternancia era un imperativo para la moral democrática, tras tres décadas de dominio del nacionalismo gubernamental vasco. La responsabilidad de Patxi López es tan nítida, como arriesgada: después de la turbia actuación del lehendakari Ibarretxe, él se presenta para sustituirlo, pero dadas las diferencias con todos los demás partidos, desde el PP hasta los diversos nacionalistas, deja bien claro que los socialistas van a hacerse cargo ellos solos del gobierno en esta legislatura. Esto revela cómo es la situación actual en el sistema de partidos políticos: la competencia es máxima entre ellos, dejando poco espacio para la cooperación. Patxi López se dispone a encabezar un cambio gubernamental histórico, que será noticia mundial, sin que exista nada parecido a una reflexión estratégica de lo que eso supone. ¿No debería quedar como algo más que un acuerdo táctico entre dos partidos que juntos, hoy por hoy, tienen mayoría después de las elecciones? ¿No es posible acompañar con ideas y con ilusiones el importante paso que se va a dar?
Hace ya algunos años, participé en un homenaje a Gabriel Cisneros, diputado entonces por Burgos. Como senador por la misma provincia, intervine en representación de los parlamentarios socialistas, para expresarle mi sincera amistad y respeto. Por esa circunstancia, estuve sentado junto a los más prominentes líderes del PP, entre los que estaban, recuerdo, Mariano Rajoy, Esperanza Aguirre -entonces presidenta del Senado-, Alberto Ruiz Gallardón, Leopoldo Calvo Sotelo, y un amplio etcétera. Antes de sentarnos a la mesa –pues era una cena con discursos al final-, le dije a Alberto Ruiz Gallardón, que esperaba que la relación entre nuestros partidos mejorase, tras la experiencia que entonces teníamos: una campaña electoral, en la que Jaime Mayor Oreja y Nicolás Redondo se presentaban en una casi coalición electoral. Una vez sentados, Ruiz Gallardón comentó a todos lo que yo opinaba: que echaba en falta el espíritu de colaboración partidaria que hubo entre la UCD y el PSOE en los años ochenta, años con problemas difíciles como los actuales. Hoy podemos plantear la misma cuestión que entonces. La respuesta será satisfactoria, si recuperamos la grandeza de la política para construir el porvenir.
Consejero de Estado-Historiador.
JUAN JOSÉ LABORDA MARTIN es senador constituyente por Burgos y fue presidente del Senado.
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