El legendario productor de canciones pop y rock de los años sesenta, Phil Spector, ha sido declarado esta semana culpable del asesinato hace seis años de la actriz Lana Clarkson, lo que puede llevarlo a una larga condena en prisión
Phil Spector, legendario productor musical de los años sesenta, fue la sombra de algunas de las mejores canciones de la historia de la música. El inigualable sonido final de sus producciones le encumbró a la fama mundial y, sin embargo, los que se entusiasmaban con sus canciones ni siquiera habían oído hablar de él.

Venido a menos en los últimos años,
los éxitos de Spector han sucumbido a su difícil carácter, a su excentricidad y a un desequilibrio que le ha llevado a ser noticia de nuevo. Un tribunal de Los Ángeles le ha declarado esta semana
culpable del asesinato de la actriz Lana Clarkson en 2003.
Spector mantuvo siempre un
carácter obsesivo en lo personal y en lo profesional, donde hacía que todo girara en torno a él. El resultado final de las canciones fue en lo que más insistió, ya que
nada se hacía sin su consentimiento. Supo rodearse de algunos de los compositores más importantes de la década como Ellie Greenwich, Cynthia Weill y Jeff Barry, autor de la insuperable
“You´ve lost that lovin´feeling”, cantada por el dúo
The Righteous Brothers en 1965, con la que Spector conseguiría su primer impacto mundial. En 1999, la BMI, asociación de compositores estadounidenses, la escogió como la canción
más veces reproducida de la historia.
Artífice del "Muro del sonido"Ninguno de los éxitos que se le atribuyen habría sido posible sin su supervisión. En el estudio de grabación
todo debía pasar por él, aún sin ser el cantante, ni siquiera el compositor o instrumentista de las canciones. Su éxito fue dar con una fórmula que hoy utilizan artistas de la talla de Bruce Springsteen:
el “Muro de Sonido”, técnica de producción musical basada, según los expertos, en grabaciones monoaurales, frontales y efectistas que infunden emoción y movimientos, incluso dramatismo. Una densa masa sonora en sucesivos planos superpuestos –instrumentales y vocales- con una magistral acústica.
La fórmula desarrollada por Spector consistía en grabar una
línea instrumental básica con guitarra eléctrica y acústica, más un bajo y una batería, para después añadir dos o tres planos unísonos con los mismos instrumentos. Tras esta base, entraban en escena elementos orquestales y grupos corales. Para lograrlo, fue siempre muy exigente. Cuentan que llegó a elegir uno a uno a cada músico de sesión que, por lo general, terminaban por ser mejores que los componentes del propio grupo.
Y llegaron los Beatles...Pronto los resultados que obtuvo lo encumbraron a lo más alto. Tras dedicarse a grupos femeninos como
The Crystals o
The Ronettes, de los que fue un gran especialista, le llegó un tiempo de retiro que culminaría con una propuesta inesperada:
producir a los Beatles. Comenzaba entonces una relación de amor-odio con el grupo de Liverpool, que en 1970 le confiaría los arreglos y la orquestación del disco “Let it be”. Absorbente e irreverente, pronto levantó quejas entre los cuatro Beatles, sobre todo en
Paul McCartney, que terminó por hartarse de que Spector hiciera y deshiciera su canción “The Long and Winding Road”. Tiempo después, McCartney confesó que la presencia de Spector en el estudio fue una de las razones de la ruptura del grupo.

Sin embargo, el resto de Beatles no pensaba lo mismo, pues
Lennon y Harrison le pidieron que se encargara de varios de sus discos en solitario. Cuentan que su relación con Lennon terminó en 1973 cuando, en un ataque de histeria y pistola en mano, abandonó el estudio donde grababan con parte de las canciones del disco “Rock N´ Roll”. Una versión desmentida por el biógrafo de Spector, Dave Thompson, que achaca la escena a una salida de tono de Lennon.
Pese a que, en los últimos años, Spector ha estado en boca de todos por sus
excentricidades, su obsesivo comportamiento y su condena por asesinato, nadie puede obviar su contribución a la historia de la música. Así pues, si
tuvo un lado bueno fue convertir en oro lo que cayó en sus manos. El resultado está en los anales de la historia de la música. A él se debe el
éxito de canciones como “River Deep, Mountain High”, de Tina Turner y su marido Ike; el álbum “Let it be”, de los Beatles;
"Imagine", de John Lennon; “Da Doo Ron Ron”, de The Crystals; “Be my Baby” ,de The Ronettes; o “Unchained Melody”, de The Righteous Brothers, recuperada para la banda sonora de “Ghost”.