El Catedrático de la Universidad Complutense de Madrid Enrique de Aguinaga ha analizado en una conferencia en el Museo de la Ciudad la relación del "Madrid fernandino" y Mariano José de Larra. Una ciudad que atraviesa una etapa convulsa de cambios coincidiendo con la caída del Antiguo Régimen.
Madrid era, en tiempos de Mariano José de Larra, "la suma de 8.000 casas, distribuidas en 500 manzanas, donde vivían unas 200.000 personas". Éste ha sido el esbozo de la capital que ha hecho el Catedrático Emérito de Periodismo de la Universidad Complutense de Madrid
Enrique de Aguinaga en su conferencia sobre
El Madrid de Larra.
Sobre el plano actual, aquella ciudad del siglo XIX formaba un cuadrilátero de dos kilómetros por dos kilómetros que limitaba al norte con la Glorieta de Bilbao, al sur, con San Francisco el Grande, al este, con Recoletos y al oeste, con el Palacio Real.
De Aguinaga ha relatado, citando a numerosos estudiosos de Larra, cómo los avatares políticos influyeron en la vida del escritor, desde su exilio, cuando apenas tenía cuatro años, hasta su ingreso en el cuerpo de "Voluntarios Realistas" como escribiente en 1827.
Sin embargo, si en algo destacó Mariano José de Larra, ha explicado De Aguinaga, fue en las
tertulias de personajes relevantes, en los
Cafés (como el de Venecia, en la plaza de Santa Ana, o el de Levante, en la Plaza del Sol), así como en
El Parnasillo, "que reunía en el Café del Príncipe a la flor y nata del Romanticismo".
Si se prescinde de las críticas teatrales y otros textos menores, los artículos de Larra no llegan a 200, distribuidos en nueve publicaciones. La media en los nueve años en los que el escritor estuvo en activo fue de menos de 20 artículos al año. Aún así, De Aguinaga ha señalado que "
Larra escribe copiosamente". Prueba de ello es su "Vuelva Usted mañana", compuesto por más de cuatro mil palabras, lo que equivale a tres artículos de "La Tercera" de ABC.
Esta circusntancia ha hecho que al romántico se le haya denominado de muy diversas formas: escritor, periodista, prosista, costumbrista, antecesor del columnismo, creador del periodismo moderno a través de sus artículos... Si bien el propio autor se autodenominaba "escritor público".

Enrique de Aguinaga ha apuntado durante su conferencia, citando a Carlos Seco, que no fue únicamente la ruptura con Dolores Armijo lo que desencadenó su suicidio el 13 de febrero de 1837. Según De Aguinaga, "la desesperación de Larra es propia de un idealista que confronta un mundo ideal con el mundo real" hasta que, en un momento determinado, "la distancia entre ambos se ve como insalvable".
De hecho, Larra se quejaba de la decadencia de la sociedad española, lo que le ha granjeado las críticas de algunos estudiosos como Julián Marías, quien dice de él que era "inteligente, agudo, perspicaz, con un ojo implacable para los defectos de los españoles, pero desde la desesperanza".
En cambio, según De Aguinaga, Mariano José de Larra "nos enseña que la guerra civil no la inventa Franco en 1936 ni Largo Caballero en 1934", sino que ya estuvo presente durante la Guerra de la Independencia. Además, retrató una España "en transición, con un pie en el pasado y otro en el porvenir", lo que hace de él, en palabras de De Aguinaga citando un artículo de
El País de 1987, un autor "para leer ahora".