Intelectual mexicano, ávido de nuevas experiencias, y amante de la reflexión ha probado suerte con el teatro. Su primer texto como dramaturgo ha sido premiado en México con el Emilio Carballido, entregado por periodistas teatrales. Lo ha merecido por "El otro Einstein", una intensa obra que indaga en la vida del físico, con sus luces y sus sombras. El 15 de junio la presenta en Madrid, en el Teatro Lara, junto a un reparto compuesto por tres mujeres y la esencia de Einstein en el ambiente.
Faltan días para que su obra “El otro Einstein” llegue a España. ¿Cómo se siente?Muy emocionado. Como dice mi amigo Eduard Punsetm cuando se espera algo con anhelo se convierte en parte de la felicidad. Gozo cada instante previo a mi llegada a España, un país al que admiro, con el gusto y el honor de presentar una obra que escribí en México y que cuenta con un extraordinario elenco.
¿Encuentra el teatro una buena manera de tomar contacto con los españoles?Sí, además es algo absolutamente nuevo para mí. Tengo entendido que desde hace mucho tiempo una obra mexicana no permanece en cartel en España.
La vida de Albert Einstein es un buen reclamo. La obra retrata la vida privada de Einstein. Es un tema que rompe fronteras. A todos nos interesa saber sobre un personaje y más cuando resulta que tuvo una hija antes de su primer matrimonio o que tuvo un hijo esquizofrénico que dejó de ver a los 22 años. O que tuvo por amante a su prima o que le declaró su amor a su sobrina. Es interesante cómo funciona la natura humana, qué nos provoca, qué nos mueve, qué nos frustra y qué es lo que no nos permite dar con la estabilidad ansiada por muchos. Cuando se trata de Albert Einstein, esta idea se vuelve mucho más interesante.
¿De qué se ha servido para indagar en su vida?A finales del siglo XX surgió un gran debate en el seno de la revista Time sobre quién debía ser la portada del personaje del siglo XX, si Churchill, Hitler, Stalin o Ghandi, entre otros. De todos los nombres que se barajaron, terminó siendo Einstein el elegido. En torno a esta historia, sitúo a tres mujeres. La secretaria, que hoy en el teatro podría jugar el papel del mayordomo en la época de Shakespeare, es la que guarda los secretos y lo sabe todo. Su compañera de escuela, la primera mujer que lo conoce, y de quien se divorcia. Y, por fin, su segunda esposa, su prima. Las tres se reúnen momentos antes de que un jurado de la revista Time las entreviste para así acordar cómo van a responder. Ahí comienza una trama conducida por estas tres mujeres que se justifican a sí mismas, que se reconocen a través de Einstein y que lo juzgan, al mismo tiempo que a sí mismas.
Tres mujeres sobre el escenario y Einstein…¿ausente?Einstein está en la obra sin estar. Nunca me lo he imaginado en escena y si lo hago encuentro una parte ridícula en ello. Se me hace peligroso en términos de los mensajes y los contenidos.
Confirma que los grandes personajes de la historia no se han salvado de los encuentros y desencuentros que depara la vida. Fue un hombre ordinario con un cerebro extraordinario.
Quien se siente en el patio de butacas del Teatro Lara se va a llevar una sorpresa…Sí, sin duda. Además, el reparto es titánico. Son tres actrices con mucho prestigio. Ha sido una obra bien querida en México. Espero que también lo sea en España y que provoque porque el teatro funciona como un espejo en el que nos reconocemos.
Le gusta invitar a reflexionar en el resto de facetas de su vida. ¿Cree que el teatro es una buena plataforma para hacerlo?Sí, sin duda alguna. A veces el contenido es trascendente, pero la manera de comunicar el mensaje es muy compleja. Creo que el teatro es una de las mejores maneras de lograr esta empatía y de conectar.
¿El entretenimiento está reñido con el aprendizaje?Creo que no. El entretenimiento no está peleado con el pensar. No hay más que ver a los muchachos jugando con videojuegos del Mundial, gracias a los que aprenden geografía o geopolítica.
Le han premiado por este texto, pero ¿ha recibido críticas?Hay que tener cuidado con la figura de Einstein, sobre todo por su ascendencia judía. Sí pensé que quizá podía surgir algún cuestionamiento en el seno de la comunidad. Pero, pese a eso, lo describo como un ser humano, con grandes cualidades como haber sido una persona muy humanista y pacifista, pese a aquel episodio de la bomba atómica por todos conocido.