Elección presidencial peruana: Una final incierta
jueves 03 de marzo de 2011, 15:31h
Al iniciarse la actual campaña presidencial en el Perú, el gran favorito según todas las encuestas era el ex Alcalde de Lima Luis Castañeda. Su buena labor edilicia era su mejor carta de presentación. Hoy Castañeda tiene un diecisiete por ciento de aceptación popular. Está técnicamente empatado con la candidata Fujimori en el segundo lugar. Su táctica electoral se ha basado en el ataque permanente a Alejandro Toledo, ex presidente de la República y ahora aspirante a la reelección. Un factor que ha ayudado a la caída del ex burgomaestre ha sido una acusación de corrupción. Se trata del caso Comunicore, que si bien es cierto no lo incluye a él directamente, sí involucra a sus ex principales colaboradores en la Municipalidad de Lima, que ahora están procesados judicialmente por supuestamente haber realizado un millonario pago indebido a esta empresa fantasma. El hecho de que en la lista parlamentaria de Castañeda, figuren candidatos polémicos que hasta hace poco pertenecieron a otras agrupaciones políticas, también genera dudas en un sector cada vez más grande de sus posibles electores. No obstante es el único postulante, que en una eventual segunda vuelta electoral con Toledo le podría ganar, porque contaría con el casi seguro apoyo de fujimoristas y apristas.
La candidatura presidencial de Keiko Fujimori, hija del ex dictador Alberto Fujimori, tiene un sólido respaldo cercano al veinte por ciento. Ella ha tratado de presentarse como la heredera de todo lo bueno que hizo su padre, y garantiza que gobernará respetando el orden constitucional. Sin embargo justifica el golpe de Estado que dio su progenitor el 5 de abril de 1992, que instaló en el Perú un régimen autoritario. A sus seguidores parece importarles poco la dictadura que dirigió Fujimori, la más corrompida de nuestra historia republicana. Tampoco les interesa que en el campo de los derechos humanos haya cometido crímenes horrendos.
La candidata Fujimori podría pasar a la segunda vuelta electoral, pero de acuerdo a la mayoría de la encuestas es muy difícil que acceda a la presidencia por la resistencia que ella genera.
El favorito de la contienda hasta ahora es el ex presidente Alejandro Toledo. Es tal vez es el único candidato que tiene una campaña organizada, y el que pone en discusión propuestas de interés. El principal activo de Toledo, es el recuerdo de su buena gestión presidencial. El ex Jefe de Estado es el centro de casi todos los ataques. Sus contendores lo acribillan con acusaciones de diverso calibre, que incluyen aspectos de su vida privada. Pero a pesar de esto, tiene veintiocho por ciento de intención de voto y se mantiene en el primer lugar.
El comandante Ollanta Humala, que en la elección pasada casi gana, ahora ha intentado moderarse y alejarse de la figura del presidente de Venezuela Hugo Chávez, que en la contienda presidencial anterior lo perjudicó. Hoy dice que es admirador del ex presidente del Brasil Luis Ignacio Lula da Silva, y por lo tanto cercano a un modelo económico responsable. Sin embargo el militar retirado, ha incluido en su lista de postulantes al Parlamento, a las figuras más radicales de la izquierda peruana, algunas de las cuales admiran todavía a la dictadura cubana de Fidel y Raúl Castro. Humala en las últimas semanas ha crecido en las encuestas, porque no recibe ataques de sus adversarios, y además porque los wikileaks de los ex embajadores de los Estados Unidos en Lima, divulgados por la prensa que lo calificaban como un político peligroso, le han dado una gran publicidad que él no ha desaprovechado para presentarse como una víctima del imperialismo yanqui. Su actual catorce por ciento de respaldo, lo acerca al ex Alcalde Castañeda. Si en la próxima medición lo empata, no se puede descartar que él también pueda pasar al ballotage, sobre todo teniendo en cuenta que el voto del elector peruano es muy volátil.
La candidatura que parecía la más seria, era la de Pedro Pablo Kuczynski. El eficiente ex ministro de Economía y ex Presidente del Consejo de Ministros durante el gobierno de Alejandro Toledo, se ha transformado, sin embargo, en uno de los mayores críticos de Toledo. El resultado de esta inexplicable acción política es el magro respaldo del seis por ciento, que obtiene en los sondeos. Una verdadera lástima porque se trata de un personaje valioso y preparado, que ha probado su capacidad, las veces que ha ocupado importantes cargos públicos. Su alianza electoral con el Partido Popular Cristiano, con Alianza para el Progreso del Alcalde César Acuña Alcalde de Trujillo y con el partido Restauración Nacional del pastor evangélico Humberto Lay, no le ha servido de mucho.
Mención aparte merece la caótica situación del partido oficialista (Apra), que preside Alan García. Debido a luchas intestinas de esa agrupación y a una ambición personal sin límite del aprista Jorge Del Castillo, ex Presidente del Consejo de Ministros, no tiene candidato a la presidencia, porque Mercedes Aráoz ex ministra de Economía de García, renunció doblegada por los intereses de algunos dirigentes, que hoy controlan el partido más viejo del Perú. En medio de un desprestigio notorio del gobierno del presidente García, y con graves acusaciones de corrupción, es muy probable que el Apra obtenga un penoso resultado, que implicaría la pérdida de su registro en el Jurado Nacional de Elecciones.
Un dato curioso: el partido Fuerza Social, que acaba de llevar a la Alcaldía de Lima a Susana Villarán de manera inesperada, ha desaparecido del mapa electoral. Su candidato Manuel Rodríguez Cuadros, ex ministro de Relaciones Exteriores de Alejandro Toledo, tiene menos del uno por ciento de aceptación. Una prueba más de lo cambiante que es el elector peruano, y un reflejo de la grave crisis política de los partidos existentes.
Todavía es prematuro pronosticar quién será el triunfador. Según la mayoría de las estudios de opinión, Alejandro Toledo le ganaría en una segunda vuelta electoral a Keiko Fujimori o a Ollanta Humala. La victoria frente a la señora Fujimori, podría ser ajustada. El rival más duro de vencer para Toledo, sería Luis Castañeda.
De todos los candidatos, el único que pondría en riesgo el modelo económico, que con éxito se ha venido aplicando en el país sería Humala. Sus planteamientos formulados y los colaboradores que lo rodean, no generan la confianza suficiente.
Finalmente, sería una magnífica señal la que daría el Perú a la comunidad internacional, si es que la hija del ex dictador no disputa la presidencia de la República. El escenario ideal es una final con la participación de Toledo y Castañeda.