Alfonso Mateo Sagasta: El reino de los hombres sin amor

Existe una pequeña porción de tierra situada en medio del cauce del río Bidasoa cerca de su desembocadura que podría ser aparentemente una mera espesura vegetal isleña. Pero la Isla de los Faisanes, por su ubicación medianera entre España y Francia, ha sido punto de encuentros históricos y de negociaciones trascendentales para la historia de ambos países. Tal es la implicación de las dos naciones, que el mantenimiento y cuidado de la misma se hace por periodos semestrales rotativos entre los dos. Allí, en el año 1615, con las localidades de Hendaya e Irún como testigos, tuvo lugar un evento matrimonial, y por lo tanto político, el intercambio de las princesas Isabel de Borbón y Ana de Austria a sus ya maridos, por poderes, los futuros Felipe IV y Luis XIII respectivamente, y tras producirse el fastuoso acontecimiento el cortejo español inició viaje a Burgos, donde se celebrarían los fastos por el nuevo matrimonio.

En este marco histórico se desarrolla la historia que nos relata Alfonso Mateo Sagasta en esta nueva entrega de las andanzas de Isidoro Montemayor, protagonista de dos volúmenes anteriores de este autor como son Ladrones de tinta y El gabinete de las maravillas. Pero en esta ocasión Isidoro tiene un absoluto y rotundo protagonismo, girando toda la obra en torno a él. Será este asalariado y amante de la condesa de Cameros el que se verá involucrado en una sórdida trama de corruptelas, ambiciones, poder y secretos de Estado, que le pondrán en una complicada situación, más aún con las condiciones en las que se está gobernando el país en esas fechas. Felipe III, el monarca que llevó el Imperio español a su mayor extensión geográfica, había enviudado hacía unos años por las complicaciones que sufrió su esposa en el último de sus ocho partos. Al lado del monarca y sustituyendo de facto a este en todas las responsabilidades de Gobierno, estaba Francisco de Sandoval y Rojas, duque de Lerma, valido del rey, también viudo. Lo que junto con otro viudo de importancia en la novela nos da a entender la razón del título, que si no se tiene la portada enfrente puede llevar a pensar en una novela romántica o en un contenedor de historias sexuales, cuasi pornográficas, como las que arrasan a modo de pienso compuesto literario.

Tenemos por delante una genial obra de las de siempre, de capa y espada. Intrigas por doquier, amores interesados y desamores de motivación similar, ocultación de decesos relevantes y como no, desarrollándose la trama bajo el tiránico mandato del Duque de Lerma, el cambio de capital del reino a Valladolid durante unos años, lo que le sirvió al valido para llenarse los bolsillos de cantidades ingentes de dinero. Cuánto sería que una vez que perdió el favor real, gracias a la denuncia de su propio hijo, acabó de cardenal, y el jocoso pueblo español. Siempre dispuesto a la sátira y el sarcasmo, le dedicó una coplilla que decía: «Para no morir ahorcado, el mayor ladrón de España, se viste de colorado».

Todos estos personajes históricos y reales, sus correrías políticas y personales, y la trama que acompaña y coordina esta historia, hacen que este libro sea uno imprescindible de los que se disfrutan recorriendo siglos pasados, guiados por la maestría de autores como Alfonso Mateo.


Por Jorge Pato García