Me llegan noticias de la gran preocupación que hay en todas las grandes superficies comerciales de nuestro país, por si tienen que emplear en alguna de ellas a la ministra de Igualdad, Irene Montero, cuando esta cese en su cargo y tenga derecho a solicitar su reingreso como cajera al dejar su cartera ministerial, momento que llegará antes o después.
La ley “Sólo sí es sí”, ha partido en tres la coalición de gobierno y complica el futuro de Pedro Sánchez, que ha lucido galas en Bali y ha tratado de vender tecnología española en Corea del Sur, mientras dirigentes socialistas solicitan medidas de urgencia para calmar la notable alarma social que ha tenido la aplicación de la llamada ley del “Sí es sí” y que ha llevado al gobierno de coalición a su mayor crisis, desde que se formó en enero de 2020.
Si la semana pasada mostraba mi “Indignación y vergüenza” por el adiós pactado con los golpistas, al eliminar el delito de sedición, hoy me sucede lo mismo al ver como una ministra del gobierno es capaz movernos los intestinos al actuar de la forma más burda y dictatorial. Un hecho que ha sorprendido a muchos, pero que a mí particularmente no me ha sucedido, porque ya sabía cómo eran aquellos de las grandes concentraciones que querían un mundo mejor. Naturalmente un mundo mejor para ellos, que pasan de una caja de un supermercado a casonas impresionantes y que son capaces de llamar “machistas” a los jueces y tratan de impedir que los periodistas contemos lo que sucede, como ha pretendido la delegada del Gobierno para la Violencia de Género, la señora Rosell, porque “podemos crear una alarma social entre las mujeres”.
Pedro Sánchez, que siempre ha dado la razón a la cajera del gobierno ya que en su día cesó a Carmen Calvo por su enfrentamiento con la señora Montero, no sabe qué hacer ahora cuando la mismísima Yolanda Díaz pasa de doña Irene, pero sufre los insultos de Pablo Iglesias cuando éste ha asegurado que “ponerse de perfil cuando machaca a una compañera no solo es miserable y cobarde, sino políticamente estúpido”.
Un divorcio político entre Yolanda Díaz e Iglesias que inquieta mucho en Moncloa, por su futuro efecto electoral. Hay algunos que ya apuntan que la coalición pueda romperse antes de la fecha que Sánchez tiene prevista para convocar las elecciones generales y que estas se adelanten en el calendario, para gran disgusto de don Pedro que busca como loco una salida en Europa, bien la Presidencia de la Internacional Socialista o en algún otro chollo comunitario.
Irene Montero que, según su curriculum es sicóloga, siempre ha ocultado en el mismo, que trabajó de cajera en la cadena de electrodomésticos alemana Saturn. Un trabajo muy digno y que no hay que ocultar, a no ser que te avergüences del mismo. Lo mismo que me sucede a mí “Indignación y Vergüenza” de nuevo, ante la incapacidad de éstos, éstas, éstes, que nos gobiernan y tratan de imponer a los demás sus fijaciones, mientras ya comienzan a salir de las cárceles los otrora condenados por agresiones sexuales. Qué pena, Montero, y mi aplauso a todas la cajeras de España que defienden su puesto de trabajo con ahínco, pero con miedo no sea que vaya a aparecer Irene.