Al contrario de lo acontecido con el Gobierno, los ciudadanos reciben con gran cariño y efusividad a Don Felipe y Doña Letizia.
Los Reyes Felipe VI y Letizia han iniciado este miércoles un recorrido de tres días por las zonas más castigadas por los incendios forestales de este verano, con paradas en Castilla y León, Galicia y Extremadura. La primera jornada ha tenido como escenario la comarca de Sanabria (Zamora), donde el fuego ha arrasado más de 20.000 hectáreas, y el paraje leonés de Las Médulas, patrimonio de la humanidad.
En la Casa del Parque Natural del Lago de Sanabria, tras recorrer áreas cercanas y conversar con vecinos y efectivos de extinción, Felipe VI confesó que los “testimonios son sobrecogedores” y que la intención de la visita era “estar cerca de los afectados”. La agenda prevista incluía adentrarse en una zona quemada, pero el humo lo desaconsejó, de modo que los Reyes optaron por escuchar de primera mano a ganaderos, hosteleros y alcaldes.
Una de las voces fue la de Marta Fernández, ganadera de Ribadelago, quien relató que los pastos de la montaña están arrasados y peligra la alimentación de su ganado: “Lo que peligra ahora mismo es el alimento y poder arrancar con la explotación otra vez”. Otro testimonio, el de Víctor Coco, hostelero de Vigo de Sanabria, puso el acento en el daño económico, que cifra en unos diez millones de euros, y pidió que regrese el turismo al asegurar que “el entorno es seguro”.
Los Reyes también escucharon las demandas de los alcaldes locales. Samuel Román, pedáneo de San Martín de Castañeda, denunció que, aunque se hable de la España vaciada, en la práctica “somos los últimos de la fila” y reclamó cambios profundos en la gestión ambiental. La alcaldesa de San Justo, Montse Sastre, pidió coordinación entre comunidades y el Gobierno central para evitar “líos” en la extinción. Por su parte, Francisco Blanco, alcalde de Porto de Sanabria, explicó que el incendio comenzó hace trece días y que, aunque se dio por extinguido, se reactivó de madrugada y continúa activo debido a las condiciones climáticas.
En San Martín de Castañeda, donde fueron recibidos con aplausos y vivas, los monarcas saludaron al operativo de emergencias acompañado del presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y de la ministra de Igualdad, Ana Redondo. Tras más de tres horas de estancia en la comarca, se dirigieron a Las Médulas para continuar la visita.
El contraste con el Gobierno
La calidez con la que fueron acogidos Felipe VI y doña Letizia contrasta con el clima de frialdad —cuando no de abierto malestar— que han acompañado en los últimos días las visitas del presidente Pedro Sánchez y sus ministros a otros focos del incendio. Allí donde los Reyes cosechan aplausos y vítores, el Gobierno ha tenido que escuchar reproches, abucheos y gritos de protesta.
Sánchez, que visitó Asturias el pasado 22 de agosto y días antes Jarilla (Cáceres) y Molezuelas de la Carballeda (Zamora), ha sido acusado por vecinos y alcaldes de aparecer tarde y con gesto distante. A sus ministros, como Marlaska o Aagesen, se les ha reprochado priorizar ruedas de prensa y explicaciones técnicas sobre la cercanía con los damnificados.
En paralelo, el Ejecutivo ha desplegado su respuesta institucional: ayer martes declaró 121 áreas como zonas catastróficas, anunció que elevará las ayudas económicas y prepara un nuevo decreto de apoyo a los afectados. En el Congreso y el Senado, el debate político se ha calentado, con Robles defendiendo la labor de la UME frente a las críticas de Feijóo y el PP cuestionando la falta de previsión y coordinación.
La imagen de este miércoles, sin embargo, ha sido otra: en las montañas ennegrecidas de Sanabria, los Reyes escuchando a vecinos y alcaldes, rodeados de aplausos, mientras la gestión del Gobierno sigue percibiéndose lejana, técnica y fría.