RESEÑA
Valter Hugo Mãe: La máquina de hacer españoles
domingo 26 de febrero de 2012, 16:21h
Valter Hugo Mãe: La máquina de hacer españoles. Traducción de María José Arregui Galán. Alfaguara. Madrid, 2012. 308 páginas. 18,50 €
Podemos pensar que hay dos formas básicas de inteligencia. Esto no deja de ser una reducción, claro, un esquema que, sin embargo, nos sirve como guía para el análisis. De estas formas de inteligencia una pasa por recordar, por traer a la mente los elementos necesarios para crear conceptos. Por ejemplo, invocar una imagen o una idea para que surja de otra imagen u otra idea y, de ahí, por adición o por distorsión, hacer surgir un concepto nuevo. La otra forma de inteligencia consiste en olvidar. Nietzsche la explicaba en términos atávicos y decía que, si alguno de nuestros antepasados veía un lobo, un ejercicio de inteligencia consistía en olvidar las características de otro lobo que hubiese visto previamente –quizás fuese más grande, más pequeño o de otro color- y actuar en función de lo que hubiese aprendido con el primero -que probablemente fuese huir, aunque con Nietzsche nunca se sabe-. Esta segunda forma de inteligencia es, seguramente, menos sofisticada, pero también más sencilla y en ella descansan los universales, que son algo así como el tuétano de la literatura más valiosa. Amor y muerte, decía Dickens, no hace falta nada más.
Estas dos formas de inteligencia, en realidad, se ejercen al unísono. Recordar y olvidar son algo así como la sístole y la diástole de nuestra razón. Sin embargo, una u otra pueden prevalecer de alguna forma, también en un texto. En La máquina de hacer españoles Valter Hugo Mãe se preocupa sobre todo de olvidar, o, más bien, de examinar aquella forma de inteligencia, de comprensión y de relación con el mundo que parte del olvido. Quizás por eso el protagonista es un anciano, alguien que acaba de sufrir la pérdida de su mujer, su compañera de cincuenta años, y se enfrenta a un mundo en el que solo quiere olvidar, en el que el dolor es un fuego que funde todas las formas en una única hostilidad. Cuando el mundo se convierte en un enemigo, un enemigo tan perfecto que ni siquiera tiene que tomarse la molestia de atacar, porque su mera existencia ya es un acto de violencia, entonces el hombre se puede entregar a una curiosa forma de olvido, que consiste en olvidar el presente y atar la vida al pasado: recordar para olvidar.
Lo que el lector se encontrará en La máquina de hacer españoles es una voz narrativa indudablemente original, aunque, a ratos, quizás no tanto como pretende. Hay, por ejemplo, un uso de ciertos recursos vanguardistas que, a día de hoy, resultan un tanto inoperantes. Otras veces da la impresión de que el estilo queda lastrado por una necesidad de novedad y por un afán de acabamiento en la frase, como si cada oración tuviese que tener un peso propio. Entonces la novela se embarranca un poco, y parece adquirir el aroma de una ópera prima con todo lo que de bueno y de malo conlleva. Por una parte es un libro fresco, intenso, vívido. Por otra, la urgencia de la frase redonda deja ripios, irregularidades, sentimentalismos... El libro exige cosas del lector, pero, también, es generoso con él. Una vez superados los compases iniciales, cuando uno se acostumbra a que, a lo largo del camino, salte un poco de barro contra el cristal, empezará seguramente a involucrarse en una voz, más que en una historia, que pedirá atención a medida que sus obras se vayan publicando en España. Valter Hugo Mãe es de esos escritores que no hacen libros, sino que dejan que les hagan libros a partir de lo que tiene de más valioso: una forma de ver el mundo, una inteligencia que tiende al olvido, al lugar donde nacen los universales.
Por Miguel Carreira