Jugosa semana mediática protagonizada por
El País y
El Mundo. El primero
acusa al segundo de coaccionar a testigos protegidos del 11-M para que se retractasen de su declaración y exculpar así al terrorista Jamal Zougam, condenado como autor material de los atentados. Según
El País, el diario de
Pedro J. Ramírez habría ofrecido mejoras laborales, evitado desahucios o pagado parte de hipotecas a estas personas. El director no tardó en responder. Lo hizo en su
cuenta de Twitter: "Cada vez que
EM escribe sobre Ibercorp, GAL o 11-M,
EP escribe sobre
EM, y claro que no presionamos a las inverosímiles testigos rumanas".
Casimiro García-Abadillo, vicedirector, también se refirió a esto en la misma red social: "Una denuncia antes de ser admitida a trámite y sin contrastar hechos con los periodistas mencionados. ¿Es eso periodismo?"
A
Juan Ramón Lucas, conductor de
En días como hoy, en Radio Nacional, no le ha temblado el pulso para criticar al Gobierno. El comunicador cargó, cómo no,
desde Twitter, contra el ministro de Hacienda y en defensa de la televisión y radio públicas: "Montoro cree que RTVE no tiene que competir con las privadas, por eso se puede descapitalizar. ¿Alguien le dirá que aquí si no compites, mueres?" El comunicador se refiere a la justificación de los recortes en el ente -por cuantía de 200 millones de euros- "con el sentido positivo" de destinar esa cantidad a otras áreas más necesarias, dijo el Ejecutivo.
Un tercer elemento a destacar es el disparo de
Rosa María Calaf contra
Sara Carbonero en
Vanity Fair. Afirma en una entrevista: "Hace un flaco favor a la mujer y al periodismo, pues frivoliza la imagen de la mujer y contribuye a que la apariencia sea más importante que el contenido. Ella no tendrá esa intención, seguramente, y yo no tengo nada en contra de ella, pero creo que para eso es mejor dedicarse al espectáculo o a hacer mamarrachadas en la tele que a la información".
Tiempos de reproches a la vista de la crónica de los medios de esta semana.