El Parlamento no rechazó proclamar la autonomía de los distintos territorios sino el mero debate en Pleno sobre esta cuestión. Llama la atención la postura del PSOE. Su líder, Alfredo Pérez Rubalcaba, no es partidario de la celebración de consultas soberanistas, bandera que le lleva a discrepar con Pere Navarro, máximo responsable del PSC. Los promotores, conocedores de estas diferencias, mantuvieron contactos con los socialistas catalanes del Congreso. El referéndum es precisamente uno de los puntos que recoge la iniciativa, que describe paso a paso cómo se gestaría la independencia del País Vasco, Cataluña y Galicia, comenzando por este extracto:

En la proposición de ley también se encuentran las exigencias mínimas para considerar que una región desea separarse de España. Podrán convocar una consulta "el o los gobiernos autónomos, a instancia propia, del Parlamento o del 20 por ciento del censo electoral de los últimos comicios municipales mediante el mismo proceso establecido para la iniciativa popular en su territorio". El resultado del referéndum será válido si ha votado más del 50 por ciento del censo. Si más de la mitad de esos votos es favorable a la secesión, "el gobierno autónomo proclamará la independencia de su nación". Pero el texto no acaba aquí y detalla también qué ocurriría después de esto:

Todo lo anterior se ha estrellado contra la mayoría absoluta, pero los promotores aseguran que esta discusión llegará sí o sí al Pleno. Así lo expresaron este miércoles Xabier Mikel Errekondo (Amaiur) o Alfred Bosch en rueda de prensa en la Carrera de San Jerónimo. Esto no acaba aquí, sostienen. Para ellos, introducir esta materia en el Parlamento era hacerle "la prueba del algodón" a la democracia y más en concreto al PP, al que critican su excusa para oponerse. Según los 'populares', lo que Amaiur, ERC y BNG piden es una reforma de la Carta Magna. Y según Amaiur, ERC y BNG, no corresponde a la Mesa sino al Tribunal Constitucional determinar este hecho y ellos se han limitado a solicitar la discusión del documento en el hemiciclo.
Desde el PP descartan de lleno un cambio de postura. Desde el PSOE se escudan en el carácter no vinculante de aceptar el documento. Todo apunta a que habrá más intentos pero que el final será el mismo. La esperanza de los independentistas es haber logrado ya la comprensión del principal partido de la oposición.