RESEÑA
David Foenkinos: La delicadeza
domingo 03 de marzo de 2013, 12:58h
David Foenkinos: La delicadeza. Traducción de Isabel González-Gallarza. Seix Barral. Barcelona, 2012. 218 páginas. 18 €. Libro electrónico: 12,99 €
Según los expertos en la materia, cuando fallece un allegado se pasa por fases diferenciadas del duelo: negación, dolor y aceptación. Las diferentes etapas tienen una duración variable, todo en función de múltiples criterios personales y de condicionantes externos que pueden hacer que cada una de estas fases se prolongue o se acorte.
Cuando Nathalie pierde a su marido François no es una muerte esperada, no viene desencadena por una enfermedad letal o a raíz de cualquier otra circunstancia que pueda hacer prever el fatal desenlace. Cerrar los ojos vencida por el sueño y que al volver a abrirlos su amado marido haya desaparecido hace que la protagonista entre en el lógico shock que provoca este tipo de muertes.
Todo lo que querías haberle dicho y no lo hiciste, todo lo que te habría gustado que él te dijera y no lo hizo porque pensaba que regresaría a casa después de haber corrido unos kilómetros. Todos aquellos proyectos en común que ya no serán posibles, como tener un hijo. Una muerte repentina que desencadena la parálisis completa del tiempo, del normal transcurrir de la vida, de la relación con los demás, con tu trabajo, con todo lo que te rodea y te hace recordar a ese el amado que aún esperas que aparezca por la puerta y te haga darte cuenta de que todo ha sido un sueño. Si hubiese sido por Nathalie habría hecho cierta esa frase célebre de: "que se pare el mundo, que yo me bajo aquí", fin de trayecto, viaje concluido, ya no hay fiel acompañante en este transitar por la existencia y el mundo le sobra.
Pero la vida sigue, las diferentes fases del duelo van pasando, se retoma a regañadientes el pulso con el normal devenir del mundo que nos rodea. Continúas conociendo gente, sigues teniendo que relacionarte con el resto de la sociedad que te rodea e inevitablemente, ya sea por el ansia del propio cuerpo o por un cortocircuito mental, acabas viendo una nueva perspectiva de la vida, guiada por una persona con la que nuestra protagonista verá que hay un hueco para una nueva vida, para amar, reír y disfrutar, sin que ello implique una condena al ostracismo.
Aparecerá un personaje entrañable en la vida de Nathalie, Markus, con quien iniciará una relación más allá de lo meramente profesional y que acabará desembocando en una disyuntiva de cuyo resultado dependerá la evolución entre ellos.
David Foenkinos nos lleva, con la maestría que le caracteriza, por los cuetos y vericuetos de esta historia cercana, clara, sincera y que puede encontrar reflejo en múltiples situaciones reales. Ahondando también en las vilezas y bajezas de las que solo el ser humano, llevado por la envidia y la desesperación, es capaz. Una visión completa de las relaciones sociales que tiene como epicentro a esta mujer cuyo nombre, como bien se remarca en dos ocasiones a lo largo del libro, le hace tener una clara tendencia a la nostalgia.
Por Jorge Pato García