Días revueltos los que vive el
Partido Socialista Obrero Español. Lejos de la imagen de tranquilidad y unidad que se intenta vender desde la sede madrileña de Ferraz, lo cierto es que la reunión de la Ejecutiva Federal de este pasado jueves ha vuelto a poner de manifiesto la lucha fratricida en el seno de la formación que, por ahora, tiene una clara vencedora:
Elena Valenciano.
La actual vicesecretaria general del partido ha logrado que
Alfredo Pérez Rubalcaba refuerce su papel tanto de cara al exterior como hacia el interior del grupo en detrimento de otras figuras eminentes como
Óscar López, secretario de Organización;
Marcelino Iglesias, portavoz en el Senado; y
Soraya Rodríguez, portavoz en el Congreso de los Diputados, que tendrán que rendir aún más cuentas si cabe a la 'número dos' con la nueva reestructuración.
Desde el pasado jueves, Valenciano es, a todos los efectos, "la
vicepresidenta del Gobierno del PSOE", según sus propias declaraciones, con más poder que nunca desde que Rubalcaba es secretario general, una decisión que ha contado con el visto bueno de los barones del partido, sobre todo de los que todavía ostentan poder autonómico:
José Antonio Griñán (Andalucía) y Javier Fernández (Asturias).
"Su revalorización se debe a una estrategia clara por evitar casos como el de Ponferrada y el primer movimiento de cara a la guerra que se abrirá con Chacón, que no olvidemos que tiene bastante tirón entre las bases y la actual directiva socialista busca un perfil más popular pero al mismo tiempo que actúe con solidez y firmeza", señala en declaraciones a EL IMPARCIAL el politólogo y analista
José Alberto Baena.
"
López ha defraudado a Rubalcaba, que cree que la labor de oposición que está realizando se le viene abajo por estos pequeños episodios de sus colaboradores, como ya ocurrió con José Blanco, y por eso ha centralizado el poder en Valenciano, que es de su absoluta confianza desde hace muchos años, para evitar ensuciarse y que su imagen dentro y fuera del partido no se vea erosionada de cara a una más que posible candidatura a las primarias de Carmen Chacón", sostiene por su parte
Noelia Pérez Cabello, analista y consultora estratégica, en conversación con este diario.
Rubalcaba le ha dado más poder a Valenciano en detrimento de López. Foto: EfeEl secretario general quiere un mayor control interno de los socialistas después del caso 'Ponferrada' y los disgustos provenientes de Cataluña con los
amagos de escisión del PSC. De este modo, el control interno del partido recae de manera total en Valenciano, curtida en mil batallas y cuya hoja de servicios permanece, a día de hoy y a ojos de Ferraz,
inmaculada.
Mientras, Rubalcaba, según sus propias palabras en la rueda posterior a la Ejecutiva Federal, se volcará "en el papel de líder de la oposición e incrementar mi agenda social y reforzar mi presencia internacional”. Sin embargo, también admitía no dejar
patente de corso del todo a Valenciano: “No es que yo me olvide de la vida interna y la deje en manos de Elena, las grandes decisiones las tendré que tomar yo, pero el día a día no tiene por qué llevarlo yo”.
Asimismo, la Secretaría General ha colocado en el Congreso y en el Senado a figuras jóvenes y pujantes del partido y muy ligados a Rubalcaba.
Carmen Montón, de 36 años y valenciana,
César Luena, de 33 años y riojano, y
María Victoria Chivite, de 34 años y navarra, son las apuestas del líder socialista para reforzar los grupos parlamentarios del Congreso y del Senado.
"Esto es como el ajedrez: los contrincantes, sobre todo Rubalcaba, están
poniendo las piezas sobre el tablero, tanteando al rival y midiéndose para lo que ambos ya saben: que antes o después se tendrán que ver las caras por el control del partido y esta vez, con mucha gente descontenta tras el Congreso de Sevilla, las cosas pueden resultar muy diferentes tanto para uno, que llevará a cuestas un par de años de
estéril oposición, como para la otra, que sigue con la vitola de renovadora y figura fresca", resalta Pérez Cabello.
Así, el refuerzo del poder de Valenciano cobra un
doble sentido. Por un lado, libera de trabajo a Rubalcaba de cara al partido centralizando la dirección de la formación y tutelando su labor en las dos Cámaras. Por otro, presenta un rostro más dinámico y popular con el objetivo de contrarrestar la imagen de Chacón, el 'David' particular del actual secretario general del PSOE.