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Crónica económica

El legado económico de Margaret Thatcher

lunes 08 de abril de 2013, 22:09h
Margaret Thatcher llegó al poder en un momento de grave crisis económica, social y económica. En cierto sentido, era una crisis mayor que la actual. No por la caída del empleo, o de la producción. Tampoco por el hecho de que esta sea una crisis internacional, pues en aquélla también influyeron factores globales. Tampoco se puede decir que fuera mayor porque se veían los efectos de una inflación rampante, ya que corremos el serio peligro de enfrentarnos a una inflación súbita y acelerada.

La gravedad de la crisis de entonces viene de que la situación no venía por no cumplirse los consensos políticos e ideológicos de entonces, sino por su aplicación consistente durante décadas. La “economía mixta”, es decir, gestionada y dirigida por el Estado; la política del “pleno empleo”; y el Estado Providencia. Y ni los laboristas ni los conservadores tenían otra caja de herramientas que no fuera la misma de las décadas anteriores. Y, cuando se hablaba de cambiar las cosas, todo quedaba en yermas declaraciones de intenciones.

Esa es una de las principales aportaciones de Margaret Thatcher, si no la más importante: Ella se enfrentó a los consensos, y lo hizo con un conjunto de ideas que eran nuevas y viejas a la vez, y que en otro momento se había llamado “liberalismo”. El Institute of Economic Affairs había hecho una labor importante para rescatar, desgranar, aplicar y ampliar las ideas favorables al libre mercado. Fueron 24 años de una previa labor intelectual que resultaron muy importantes durante su gobierno.

Lo primero que hizo el gobierno (no estaba tan en boga la independencia de los bancos centrales) fue cortar de raíz la inflación, con una política de altos tipos de interés. Luego se reformó, progresivamente, el mercado de trabajo. Y se recortaron de verdad los gastos, para reconducir las cuentas públicas y que el Estado no acaparase toda la financiación. El 30 de marzo de 1981, 364 economistas, de esos que deberían haberse dedicado a otra cosa, firmaron un manifiesto que se publicó en el Times y que decía que las medidas de Thather eran contraproducentes y estaban fracasando. Como dice un historiador, “el hecho de que la recuperación de la depresión comenzase unas semanas más tarde ha pasado a la leyenda del thatcherismo. Entre 1982 y 1987, la economía creció un 4 por ciento al año; lo mismo que en los años 30”.

En la segunda legislatura, el gobierno de Thatcher se enfrentó a los sindicatos, especialmente a los mineros, y privatizó grandes empresas públicas. Las vendió a sus propios trabajadores, y al público en general. La industria británica, aquejada como su política y su ideología mayoritaria en 1979 por una esclerosis, dio un vuelco en pocos años y volvió a ser competitiva.

¿Cuál fue el resultado de la política económica de Margaret Thatcher? Un reciente artículo lo plantea en los siguientes términos: Si medimos el PIB per cápita, siendo en todo 100 el de Gran Bretaña, en 1820 el de EEUU era de 65, el de Alemania 51,9 y el de Francia 54,7. EEUU alcanzó a Gran Bretaña con el cambio de siglo, y en 1979 era ya del 142,7. Alemania estaba en 115,9 y Francia, 111,1. Bien, pues en 2007, que es el último año del thatcherismo, la ventaja de EEUU se había reducido a 130,2, y tanto Alemania (95,9) como Francia (91,3) habían vuelto a quedar por debajo. Una forma más de medir un éxito más que aparente.
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