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Secularismo al estilo turco

William Chislett
sábado 17 de mayo de 2008, 20:21h
Dos conceptos de secularismo están a prueba en Turquía donde el tribunal constitucional estudia un caso presentado por el Fiscal jefe contra el partido gobernante Justicia y Desarrollo (AKP), con raíces islámicas, por ser “el centro de los hechos contra el principio de secularismo”. En el proceso se pide la ilegalización del AKP, que el ultimo año consiguió la reelección con el 47 por ciento del voto en las generales y obtuvo diputados en las 81 provincias, salvo en una. Cualquiera que sea el resultado del caso, provocado por la decisión del gobierno de que las estudiantes pudieran llevar el velo islámico en los campus universitarios, tendrá repercusiones significativas en el deseo de Turquía de ser miembro de la Unión Europea.

El fiscal argumenta que “los partidos políticos que toman la política islámica como base, no tienen nada en común con los partidos demócrata-cristianos europeos. La política islámica en Turquía no se mantiene entre el individuo y Dios sino que exige la regulación del estado y la sociedad. El código base de la política islámica es la sharia. La política islámica utiliza la democracia como un instrumento y la shari a como su meta”. En efecto, el fiscal argumenta que cada devoto musulmán es potencialmente un fundamentalista islámico.


El secularismo es una de las piedras angulares de la república fundada por el líder visionario Atatürk en 1923 (él construyó el primer país musulmán con códigos civiles, económicos y criminales occidentales) y la versión de secularismo que tiene Turquía es mucho más rígida incluso que en Francia, el país más secular de la Unión Europea. Cabezas cubiertas con velo no pueden entrar en edificios públicos y hay un directorio de asuntos religiosos que controla cómo se práctica la religión musulmana (escribe los sermones de los imanes, que son empleados públicos). Aún así Turquía ha llegado a ser más y no menos religioso a lo largo de los años, mientras que en el resto de Europa la religión está en declive. Mientras escribo la columna un viernes en Kayseri, se escucha la llamada a la oración. El viernes es un día particularmente religioso para los musulmanes y la mezquita en el campos universitario de Erciyes está abarrotada.

El gobierno que ha hecho más progresos en preparar a Turquía para la entrada en la UE que cualquier otro partido, niega que sus acciones favorezcan el establecimiento de una teocracia o que haya una “agenda escondida” para hacerlo. “Cada uno bajo el sol sabe que el partido AK no promociona la Sharia” dijo el comisionado para la ampliación europea, Oli Rehn, probablemente el hombre más odiado por la elite secular. Ven el llevar velo en los campus universitarios (prohibido hace unos 10 años) como un mandato de libertad y opción personal. En su defensa el AKP dice que “el secularismo requiere una actitud libre de prejuicios del estado con todas las fes y opiniones de la sociedad. El estado está obligado a respetar las preferencias individuales de la gente a condición de que éstas no dañen a los demás. Cuando una estudiante alcanza la edad para acceder a la universidad y quiere cubrir su cabeza por sus preferencias individuales, evitárselo interferiría en su libertad en su autonomía”. Esta definición de secularismo está muy en línea de la de los países de la UE.

El proceso contra el AKP se basa extensamente en los comentarios publicados en la prensa de los miembros del partido incluyendo el siguiente del primer ministro Recep Tayyip Erdogan: “los turcos prefieren la interpretación anglosajona del secularismo”. Esto es extraño por cuanto los países anglosajones no son estados teocráticos.

La hija del presidente Abdullah Gul logró evadir las restricciones con una peluca sobre su pañuelo y las dos hijas de Erdogan estudiaron en universidades de los Estados Unidos donde el velo no esta prohibido. Gul y Erdogan son ambos devotos musulmanes y sus mujeres llevan velo, para el horror del establishment secular.

Turquía se ha convertido en un cementerio para los partidos políticos: desde 1961, 24 partidos han cerrado por el tribunal constitucional, y todos salvo una de estas decisiones fueron consideradas como violaciones de la carta de los derechos humanos por el tribunal europeo de derechos humanos. El equivalente a prohibir el AKP en España sería inhabilitar el PP durante su gobierno porque elevó una prohibición sobre crucifijos en los campus universitarios. En este sentido, la reforma del gobierno socialista de la Ley Orgánica de Libertad Religiosa, por fin, es algo bienvenido para hacer de España un país más secular.

En este momento crucial de intentar crear una versión tolerante del Islam, Turquía necesita todos los amigos que pueda conseguir. La visita oficial a Turquía hace unos días de la Reina Isabel, la primera desde 1971, no ha podido llegar en mejor momento.

William Chislett

Escritor

WILLIAM CHISLETT es escritor y colaborador del Real Instituto Elcano

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