"Los cambios, sean en el partido o sean en el Gobierno, se anuncian una vez se han producido". Mariano Rajoy ha dejado abierta la opción, al menos más que el lunes, de salir del inmovilismo tras los resultados del 24-M para llegar "en la mejor forma posible" a las generales. También con ese objetivo, su principal oponente, Pedro Sánchez, ha explicitado que el PSOE "tiene la determinación" de "gobernar el cambio" que, a su juicio, los españoles le pidieron el domingo.
La primera sesión de control al Gobierno después de las elecciones autonómicas y municipales ha tenido más interés fuera que dentro del patio de escaños. En los pasillos, Mariano Rajoy, rodeado de micrófonos, ha recordado que "el Partido Popular ha tenido el apoyo de seis millones de españoles" y apostado por que se estará "a la altura de las circunstancias".
En relación con pactos, ha respondido que "habrá que ver", que se irán "poco a poco tomando las decisiones" que se crean "más oportunas" para llegar "en la mejor forma posible"a las generales y así poder "pedirle a los españoles" la "confianza". Por último, y aunque ha puntualizado que ya fijó posición en rueda de prensa este lunes, ha afirmado que "los cambios, sean en el partido o sean en el Gobierno, se anuncian una vez se han producido".
También a la salida del hemiciclo, Pedro Sánchez ha opinado en alto que los españoles han "dicho" al Partido Socialista que "se tiene que abrir una etapa de cambio, de diálogo, de anteponer los intereses generales a los de los partido". Y su fuerza, ha continuado, tiene la "determinación" de dirigir ese cambio. "Es lo que vamos a hacer”, ha sentenciado antes de escapar hacia su despacho.
La prensa ha tratado sin éxito de extraer mayor concreción tanto del presidente del Ejecutivo como del líder de las principales siglas de la oposición. Es decir, si Rajoy ha querido decir que habrá reacción ante la débil victoria del 24 de mayo o todo lo contrario y si Sánchez, aunque este extremo parece más probable a tenor de sus palabras, ha dado el visto bueno a acuerdos con Podemos y coaliciones locales afines, sin obviar que ya en campaña aclaró que los únicos con los que no se sentaría a hablar sería con PP y Bildu.
Esta vez, sin descalificaciones
Antes de los 'canutazos', Rajoy y Sánchez han protagonizado un duelo relajado, alejado de los tensos que hubo antes de los comicios. Ha tratado sobre la reforma de la Administración Local. El socialista ha pedido a su interlocutor que la "retire" y que "blinde" los servicios sociales o, como ha mantenido con muchos otros aspectos, lo hará él cuando alcance el poder. Para Sánchez, el sistema actual obra en favor de la "privatización de derechos" en detrimento de Dependencia o becas comedor.
Rajoy ha le ha contestado que está "en profundo desacuerdo" con su exposición, que "precisamente" lo que ha hecho su Gobierno "ha servido para que los ayuntamientos puedan hacer políticas sociales", como que pasen de un déficit del 0,4 por ciento a un superávit del 0,5. "Hoy están saneados, pagan puntualmente sus deudas y están funcionando como nadie", ha defendido.