POLÉMICOS TESTS ARMAMENTÍSTICOS
Corea del Norte se jacta de lanzar misiles con dirección a Japón y China tuerce el gesto
EL IMPARCIAL
martes 07 de marzo de 2017, 03:07h
Trump y Abe definen a Pyongyang como una "amenaza real en nueva fase".
En el mensaje de Año Nuevo, Kim Jong-un declaró que su país estaba desarrollando un ICBM (misiles balísticos intercontinentales), arma telemática con potencialidad para alcanzar territorio estadounidense. Acto y seguido, el dirigente de la dictadura asiática prometió un ascenso en sus expresiones militares de cara al exterior coincidiendo con la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump. Y lo está cumpliendo, ya que el lanzamiento de cuatro misiles hacia las aguas japonesas es el segundo ensayo balístico que ejecutan en 2017, tras la probatura que realizaron el 12 de febrero con un misil de rango medio.
La elección del magnate como presidente de Estados Unidos parecería haber enarbolado el orgullo nacionalista del régimen comunista. Como si las declaraciones airadas del mandatario americano les sirvieran como magro para alimentar una propaganda que hoy se ha visto multiplicada tras el lanzamiento "simultáneo" de los cuatro misiles. La agencia estatal KCNA ha publicado horas después de la ignición que el líder de su país supervisó los ejercicios ejecutados "con el objetivo de alcanzar las bases de las fuerzas estadounidenses de agresión imperialista en Japón".
Además de calificar como un éxito la maniobra, Kim dio orden a sus unidades militares de "estar plenamente preparadas para abrir fuego contra los enemigo". "Los cuatro cohetes balísticos lanzados simultáneamente son tan precisos que parecen cuerpos voladores acrobáticos en formación", se jactó el dictador, que asistió a la prueba junto a Kim Jong-sik -su mano derecha en relación con los misiles- y a Ri Pyong-chol -uno de sus asistentes principales-. El medio informativo oficial señaló que fueron construidos con una tecnología derivada de los Scud soviéticos. Esta variedad se uniría a los Musudan, de alcance medio.
Al haber alcanzado las aguas de la Zona Económica Especial japonesa, se activaron las alarmas de inmediato. La llegada de las armas hasta ese punto significa que recorrieron en torno a 1.000 kilómetros antes de despeñarse hacia el mar. Los análisis posteriores categorizaron los misiles como uno del tipo ICBM no desarrollados y que tendrían un alcance actual de hasta 1.500 kilómetros. Todo ello se interpretó con la gravedad suficiente como para que el el primer ministro nipón, Shinzo Abe, y Donald Trump mantuvieran una charla telefónica inmediata.
De la conversación ha trascendido la calificación conjunta de Pyongyang como una "amenaza real que ha entrado en una nueva fase". "Trump me ha dicho que Estados Unidos está con Japón al cien por cien y me ha pedido que transmita este mensaje al pueblo japonés", declaró Abe, quien ha recalcado la percepción que comparte la comunidad internacional que señala estas prácticas norcoreanas como una "clara violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU". Incluso China, una suerte de aliado sui generis de Corea del Norte, ha roto su tibieza y se ha posicionado en contra del experimento que ha convulsionado la tensa calma que define el presente de la región asiática.