La acción militar emprendida por EEUU contra el régimen de Al Assad puede suponer un antes y un después en el equilibrio mundial.
El bombardeo la pasada madrugada por parte de Estados Unidos sobre la base aérea siria de Shayrat puede suponer un antes y un después en el devenir no sólo del conflicto en la región, sino en el equilibro de la geopolítica mundial.
Donald Trump ha reaccionado con firmeza al ataque químico perpetrado en Idlib, en el que fallecieron 89 civiles por el uso de gas sarín por parte, según todos los indicios, del ejército de Baschar al Assad. Hasta 59 misiles Tomahawk lanzados desde el Mediterráneo caían sobre el estratégico complejo sirio, lo que ha cosechado duras críticas en Rusia e Irán, históricos aliados del Gobierno alauita.
Con la ofensiva de esta noche Trump abre una nueva fase de la guerra que ya dura 7 años. La Casa Blanca ha mandado un mensaje claro al mundo: no va a permitir que se cometan atrocidades como la de Idlib y ya es hora de entrar en serio en la guerra contra Estado Islámico, sin que con ello se respalde a una brutal dictadura como la de Al Assad.
Queda por ver si el ataque contra Shayrat es un hecho aislado a modo de represalia por lo acontecido en Idlib con el que Trump quiere mostrar fuerza militar por primera vez desde que ocupa el Despacho Oval o por el contrario es el inicio de una campaña que se alargará en el tiempo.
Hasta el momento, con Barack Obama en la Casa Blanca, EEUU se había limitado a ataques aéreos contra posiciones yihadistas y respaldo en materia de Inteligencia a los insurgentes de la oposición. Trump ha ido más allá y ha puesto en el punto de mira directamente a Al Assad.
Sin embargo, el Kremlin no lo ve igual. A pesar de la hasta ahora buena sintonía demostrada por Washington y Moscú desde que Trump se hiciera cargo de la Presidencia de la primera potencia mundial el pasado mes de noviembre, el Kremlin no ha tardado en condenar la acción contra Shayrat y ha suspendido toda colaboración militar entre ambos países.
"Estamos ante una clara agresión contra Siria. Las acciones emprendidas por EEUU destruyen aún más las relaciones ruso-estadounidenses", advirtió María Zajárova, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso.
Algunos analistas consideran que a Trump le preocupa más poner fin a los rumores de injerencias rusas en su política desmarcándose de la línea fijada por Putin que el futuro de Siria. Con ello, el presidente de Estados Unidos reforzaría su figura frente a una opinión pública estadounidense que cada día desde hace semanas amanece con un nuevo capítulo en lo que se ha venido en llamar el 'Rusiagate'.
Pero la ofensiva de la pasada madrugada puede costarle cara a Estados Unidos. En estos momentos Rusia es uno de los grandes actores en liza en la guerra contra el terrorismo en Oriente Medio, apoyando militar y estratégicamente a Al Assad contra los yihadistas de Estado Islámico y a los rebeldes de la oposición, a los que también considera terroristas radicales.
Que el Kremlin decida, no sólo paralizar su colaboración con la Casa Blanca en Siria, sino reforzar las defensas del régimen de Al Assad en previsión de nuevos ataques es una medida que preocupa y mucho a los expertos, pues supone un clima de confrontación indirecto que podría traer consecuencias imprevisibles a corto y medio plazo.
Sin tanta firmeza pero igual de contrario se ha mostrado el regimén iraní, la segunda muleta sobre la que se apoya Siria en estos momentos. El ataque es "peligroso, destructivo y una violación de los principios de la ley internacional perentoria", señalaba este mismo viernes el portavoz del Ministerio iraní de Asuntos Exteriores, Bahram Qasemí
El país de los ayatolás no quieren que Al Assad caiga y ceder el país a intereses sunitas, como Arabia Saudí, por lo que también respalda al Ejército alauita con el objetivo de reforzar su influencia en la región en la creciente tensión interreligiosa entre países islámicos que también tiene a Yemen como tablero sobre el Riad y Teherán dirimen sus disputas.
Por el momento, tanto Naciones Unidas, como China o la Unión Europea llaman a todas las partes a sentarse a dialogar, pero la iniciativa de Trump de bombardear posiciones sirias de manera unilateral puede haber hecho saltar por los aires todos los puentes que llevan a la negociación.