Se presentó en la Embajada de Italia en Madrid la traducción de la obra de Antonio La Pergola (1931-2007): “Vestigios “contractualistas” y estructura federal en la Constitución de los Estados Unidos”, publicada por primera vez en italiano en 1969.
Antonio La Pergola fue un gran jurista italiano, de origen siciliano (y por eso de una estirpe de individuos inteligentísimos, herederos de la sabiduría de griegos, romanos, normandos, aragoneses y españoles, es decir, expresión individual de “los ideales del Mediterráneo” -que definió el gran historiador francés, Georges Duby-, como semillas del paralelo ideal de Europa), y que, como dijo Miguel Herrero de Miñón en la presentación, “Antonio La Pergola lo fue todo y con todos en Italia y en Europa”.
En efecto, Antonio la Pergola fue profesor en las más prestigiosas universidades de Europa y América, y en España trabajó en las universidades de Salamanca, Complutense y Carlos III, habiendo sido investido Doctor Honoris Causa en las dos últimas. Antonio La Pergola, cuya formación jurídica se hizo en Italia, Alemania y Estados Unidos, y que dominaba los principales idiomas europeos, tuvo un gran interés por la evolución de España, una vez que se aprobó la Constitución de 1978.
Pero La Pergola fue también una persona comprometida con la política, en Italia y en las instituciones de la Unión Europeas. Cuando falleció en 2007, presidía e impulsaba la llamada “Comisión de Venecia”, un órgano que el Consejo de Europa creó a iniciativa suya para ayudar a los países ex-comunistas a dotarse de “Estados de Derecho”.
Además del embajador Stefano Sannino, presentaron el libro Miguel Herrero de Miñón, ponente de la Constitución, Jorge Rodríguez Zapata, magistrado del Tribunal Supremo, Enric Juliana, subdirector de la Vanguardia, Blanca Saénz de Santamaría, magnifica traductora de la obra, y Eloy García, profesor de Derecho Constitucional y director de la Colección Clásicos del Pensamiento de la editorial Tecnos, donde se publica.
Aunque es una obra más de consulta que de lectura por placer, los “Vestigios” (en italiano se la conoce como “Residui”) son seminales -esa es la palabra utilizada por Miguel Herrero- del pensamiento posterior de Antonio La Pergola.
Trata La Pergola de los problemas fundamentales jurídicos y políticos que Europa encontró cuando inició su proceso de integración hace 60 años -con el Tratado de Roma-, y los grandes desafíos que tendrá que superar en estos tiempos de incertidumbre. Su libro examina la génesis y el desarrollo del federalismo de Estados Unidos, que se convirtió en uno de los más imitados tipos de Estados democráticos.
Pero cuando La Pergola redactó su libro -durante muchos años- tuvo presente además los problemas y desafíos de Italia y de Europa, en orden a desarrollar los derechos individuales de sus ciudadanos, a incrementar la eficacia de las políticas públicas, a responder a las demandas de descentralización territorial, a no detenerse en la búsqueda constante de mejoras de la calidad de las democracias europeas, y en fin, a cómo asegurar que el ideal europeo -que fue el ideal personal de Antonio La Pergola- no produzca desilusiones, se frustre o desaparezca.
En esas circunstancias vivimos. El profesor Eloy García se refirió a esa circunstancia, y antes y después del acto, conversé con él y con muchos de los asistentes de ese peligro, pues si la Unión Europea se deshace, el peligro consistirá en la vuelta a todas las circunstancias que Europa había superado, desde la feroz competencia estatal en materia comercial, hasta de nuevo concebir como extranjeros a nuestros vecinos del Continente. Europa dejaría definitivamente de importar en el mundo, y podría agotarse en guerras frías y calientes de unos europeos contra otros europeos, y Europa habrá perdido su gran ventaja en esta globalización: la democracia y la gran cultura son los vectores más importantes con los que se está tejiendo la presente globalización, a pesar de fuerzas contrarias, como la dominación chino-capitalista y la cultura comercial del entretenimiento.
Teníamos presente a Francia. Me parece que salvo los populistas de la izquierda y de la derecha, toda Europa ha visto con cierto alivio la ventaja que Emmanuel Macron tiene sobre la antieuropea Marine Le Pen.
La Unión Europea necesita imperiosamente dar un fuerte avance en la federalización de sus estructuras. Si Marine Le Pen sacase a Francia de la UE, la UE entraría en crisis, que podría ser terminal, ¿y entonces qué? La Unión Europea ha sufrido serios contratiempos cuando Holanda, Francia e Irlanda votaron en contra de la Constitución Europea (que se liquidó entonces) o negándose a asumir políticas europeas comunes. Pero nunca se puso en cuestión la existencia de la Unión Europea. Ahora sí, y el peligro consiste en que una elección, o un referéndum como el británico, destruyan en poco tiempo la obra de 60 años. La democracia y el federalismo se basa, como explica La Pergola, en el “consent”, un concepto usado por los padres de la Constitución norteamericana, que viene a significar nuestro “consenso”, el acuerdo logrado en un debate de ideas, y esa verdad nos obliga a defender nuestro modo de vivir democrático de las políticas que se sustentan sólo en considerar al rival como un enemigo.