Al menos seis muertos -19 según medios locales- a causa de tres explosiones en cadena en Kabul cerca de donde tenía lugar el funeral por uno de los fallecidos del viernes durante las protestas por el sangriento atentado del miércoles que se cobró 90 vidas.
Las explosiones han dejado además
87 heridos, de diversa consideración. El presidente de Afganistán, Ashraf Gani, ha afirmado que
el país se encuentra "bajo ataque" y ha llamado a la calma.
El ataque tuvo lugar sobre las 15.30 hora local (11.00 GMT) en el área de Sra-e-Shamali, en el oeste de la capital afgana y cerca de donde se celebraba el funeral por una de las cinco víctimas mortales durante los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad que dispararon sobre los manifestantes en Kabul ayer.
El jefe del Gobierno afgano, Abdulá Abdulá, y el ministro de Exteriores, Salahuddin Rabbani, se encontraban entre los asistentes al acto funerario, pero no resultaron heridos, según confirmaron en sus respectivas cuentas de Twitter y Facebook. "Cuando la gente estaba de pie para los rezos del funeral ocurrieron tres explosiones. (...) Los atacantes suicidas tomaron posiciones entre las personas que rezaban, esto muestra la gravedad del crimen del cobarde enemigo", ha detallado el dirigente.
Además varios parlamentarios y altos cargos participaban también en el funeral. Solo uno de ellos, el ministro de Salud Pública, Ferozuddin Feroz, resultó "levemente" herido y se suma a la lista de 87 personas que sufrieron daños en el atentado, según confirmó a Efe el portavoz de su departamento, Ismail Kawusi.
Este es el
segundo ataque de envergadura registrado en la capital afgana desde el miércoles, cuando
un coche bomba causó 90 muertos y 463 heridos a la entrada a la zona de alta seguridad. El atentado de hace tres días, que todavía no ha sido reivindicado por ningún grupo insurgente, es uno de los más sangrientos desde la invasión estadounidense en 2001 y ayer provocó protestas violentas que se saldaron con cinco muertos y diez heridos.