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DESDE ULTRAMAR

Peña Nieto y su peligrosa “política exterior”

Marcos Marín Amezcua
jueves 15 de junio de 2017, 18:39h

Peligrosa e irresponsable. Entrecomillada por no existir. Los tumbos penosos y peripatéticos del priista Enrique Peña Nieto en la materia, ponen en peligro a México en el mundo. Sus devaneos y sus confrontaciones propias de la más brutal impericia, solo arriesgan la estabilidad de México. Eso pasa cuando colocas en el cargo de presidente a alguien que no sabe qué hacer con él. Y le sucede a Peña.

Sabido es que el gobierno priista de Enrique Peña Nieto careció de una política exterior. Era natural, porque la frase no deja lugar a dudas: “si la cabeza fuera bien, los pies no divagarían”. Y desde luego que divagaron porque no hubo cabeza. Si no pudo articular una policía interna, menos la externa, pues la interna condiciona la externa, siempre. Y si un gobierno es incapaz de articularla, sucede lo que vemos y describiré a continuación.

¿Qué podía esperarse de un gobierno cuyo actual secretario de Relaciones Exteriores, el impresentable señor Videgaray, amiguete del presidente, sin experiencia diplomática, nada más llegar al cargo a inicios de año, lanza una máxima que avergonzaría a la insigne tradición diplomática mexicana: “Vengo a aprender”? ¡Retruenos! Nuestra política exterior merecía mejor suerte. Y no esta.

Sucedió. Peña Nieto no supo articular una política exterior cuidadosa, con objetivos claros, medibles, identificables, provechosos, que procuraran realmente los intereses de México y desde luego, además de nacionalista y pragmática, que fuera definitoria de nuevos escenarios en donde desenvolvernos como país. Nos quedaremos con las ganas de ver algo bueno, porque la inexistente política exterior priista no da para más y esperemos que cese en las elecciones de 2018.

Ejemplos abundan de su desastroso y perjudicial desempeño y cuando el sexenio apresura su término, nos queda la sensación de que campearon la improvisación y la torpeza mayúscula como sus verdaderos distintivos. Es vergonzoso reconocerlo, pero es necesario que los electores comprendan que México va a la deriva con el PRI en materia de política exterior –como en tantos otros rubros de este (des)gobierno donde la palabra señera es: “retroceso” – gracias a que contamos con un Ejecutivo que no tuvo la más elemental idea de qué hacer con el mundo. Así de fácil. A Peña Nieto su visión provinciana nunca lo abandonó.

Peña Nieto colocó amigos sin antecedentes diplomáticos ocupando embajadas de primer orden o de dudoso desempeño aún teniéndolos, como sucedió en Londres y Madrid, con choques como el bochornoso en la Unesco donde primero su embajador vota favorable una polémica resolución para luego desistirse, cosa que la Unesco no le permitió por fortuna; con la confrontación con China, o la designación de un impresentable como Fidel Herrera como cónsul en Barcelona, para extrañamiento de la Generalitat y del gobierno español. Un tipo que una vez que renunció al cargo al saberse perdido por un escándalo más, no sabemos nada más de él. O por designar ¡cuatro! embajadores a los Estados Unidos ¡en 4 años! lo que habla muy bien del desbarajuste del PRI gobernando –es un decir– a México en el tema de política exterior. Es que el PRI no sabe hacer política exterior demostrándolo a diario, y por eso su gobierno va dando tumbos.

Mientras Peña Nieto minimiza las preocupantes amenazas nucleares de Corea del Norte a Estados Unidos –sin decirnos qué haríamos, de cumplirse–y al propio México por un diferendo con un barco norcoreano varado aquí; o manda al vocero, de su gobierno a responderle tibio al terrorismo internacional ante supuestas amenazas veladas a México, en vez de sacar la casta y adelantar cara, solo nos demuestra una política exterior priista timorata, frívola, sin rumbo, paniaguada y vergonzante y muy contraria a la excelsa tradición mexicana.

Ofreció Peña Nieto abrir 7 embajadas en África. Ninguna abrió. No candidateó a ningún mexicano a puestos de gran envergadura. Dio un respaldo muy pobre a los escasos que los buscaron. Perdonó la deuda a Cuba. No articuló una sola iniciativa inteligente para el mundo entero, pero eso sí, anunció que México en su mandato ejercería su “responsabilidad global”. Frase hueca sin sustento ni explicación. Seguimos esperando que nos explique lo que significa y cuánto costaría al erario su ocurrencia, por no decir su chifladura, porque esos anuncios cuestan y además solo se sostienen cuando un país tiene elementos para hacerlo.

En medio de este caos diplomático del priismo, Trump y su necedad del muro o la renegociación con la Unión Europea del acuerdo vigente desde el año 2000, parecen llegar en el peor momento, en el más inoportuno, que lo es por estar el priista Peña Nieto al frente. Como va de mal en peor, cunde el chiste que dice que si los extraterrestres llegaran en estos momentos y nos pidieran llevarlos con nuestro líder, los mexicanos moriríamos de vergüenza. Y es la pura verdad.

Es una pena que el priista Peña Nieto perderá su sexenio sin estructurar una política exterior eficaz, necesariamente provechosa. Por el contrario, fuimos como los cangrejos, quitando visibilidad a México en el mundo y metió priistas improvisados al servicio exterior. En consecuencia algunos dizque embajadores, como la señora Lajous en España, más fungieron como tinterillos de barandilla liberando priistas corruptos en vez de mirar por los altos intereses de México; como hizo con el vergonzoso caso de Humberto Moreira, un exgobernador priista acusado de uno de los desfalcos más grandes propinado a una provincia, Coahuila, a salto de mata y liberado de una celda en Madrid, intercediendo ella.

Recién se ha filtrado que China usaría a México de alfil frente a la postura estadounidense de usar a Taiwán para picarle un ojo a Pekín. No lo desmintió Peña en tanto China se dice lista para negociar un tratado de libre comercio que engullirá la poca industria mexicana que nos queda. Mientras, Peña se deshace en elogios a la Merkel recibiéndola en México lanzando ambos un mensaje retador a Trump. Es muy peligroso este juego antiyanqui de los priistas que demuestra torpeza diplomática, poniendo a México en peligro. Peña Nieto juega con México a ponernos en confrontación con otras potencias. A colocarlo en el vil papel de ser el objeto de aquellas, su peón y nada más, en vez de marcar las debidas distancias. Ya se demostró con Trump que estamos solos y carecemos de aliados. Ergo, más vale solos que mal acompañados y no ser expuestos como lo hace Peña Nieto. Una muestra de la incapacidad de Peña para decidir en política exterior la vemos con la renegociación del TLC con América del Norte. Ufanos, sus secretarios de Exteriores y Economía amagaban con que inclusive, México se saldría del TLC si se ponía sobre la mesa más proteccionismo desde el lado estadounidense. Ni lo harán y sí acudirán a renegociar, a sabiendas. Así de ambiguos. Peña nos está poniendo en alto riesgo y debe ser denunciada su acción, porque está arriesgando al país entero por sus pésimos cálculos en política exterior. Ese rubro es una razón más para evidenciar y recordarnos que el PRI no es opción en las presidenciales de 2018.

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