Agenjo muestra su preocupación por la situación en Cataluña en una entrevista concedida a EL IMPARCIAL. Está convencida de que la escalada independentista ha llegado a tal extremo que ahora “va a ser muy difícil reconducirlo”. Asegura además que ante la disyuntiva de la celebración del referéndum el próximo domingo, suceda o no, “en cualquier caso, ellos ganan y nosotros perdemos”. Explica que el Govern habrá conseguido su objetivo si finalmente el 1-O se lleva a cabo y que, en el caso contrario, también “se habrán salido con la suya” porque “España dará una imagen de un país dictatorial” por no permitirlo. En conclusión, “han conseguido imponer su estrategia”.
En cuanto a las actuaciones del Gobierno central para frenar e impedir la consulta ilegal, suspendida por el Tribunal Constitucional, advierte que llegan “mal y tarde”. Considera que son “parches no acordes” con la proporción de las circunstancias. “Continúa siendo presidente de la Generalidad un golpista y al frente del departamento de la Enseñanza permanece una señora que está obligando a los directores a abrir los centros escolares e incumplir la ley”. El referéndum “no se ha cortado como se debería”, apunta. Cita con cuidado a Maquiavelo para explicar las medidas del Ejecutivo y vaticinar lo que se acontecerá después: “El que tolera el desorden para evitar la guerra, tiene primero el desorden y después la guerra”.
“Ahora puede pasar cualquier cosa”. Agenjo prevé que el 1 de octubre habrá revueltas y violencia. “O hay violencia o hay referéndum. Y todo por no haber tomado las medidas oportunas cuando se tenían que haber tomado”, sentencia. Sin embargo, deja un hilo de esperanza. Dice que el Estado aún puede pararlo, pero por una única vía: “la fuerza”. Niega por tanto que la solución sea adjudicar más competencias y mayor autonomía al Gobierno de Cataluña. “Deberían haberse dado cuenta de esto hace mucho tiempo”. “Deberían haber comprendido que los dirigentes de la Generalidad están dispuestos a arriesgarlo todo. No tienen miedo a nada”, reprocha al Gobierno.
El miércoles el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ordenaba a la Policía Nacional, a la Guardia Civil y a los Mossos d’Esquadra cerrar cualquier espacio público preparado para el referéndum. Sobre esta cuestión, Agenjo desconfía de las labores de la policía catalana, que cree que desobedecerá las órdenes. Será un “escándalo” que desalojen los colegios cuando está previsto que haya niños dentro. Afloran de nuevo las críticas al Ejecutivo por no haber tomado las competencias de los Mossos “hace años” así como las de Educación. “Lo han dejado todo para el último momento” y “cuánto más tiempo pase, más difícil va a ser pararlo porque estarán más organizados”.
No se sorprende por las movilizaciones de alumnos de primaria, secundaria y universitarios a favor del referéndum en los últimos días. La enseñanza ha servido para “adoctrinar” a los estudiantes y convertirlos en “la carne de cañón del nacionalismo”. Agenjo lamenta la ausencia de convocatorias del lado no nacionalista. “Nosotros estamos abandonados”, protesta. “No salimos a la calle porque nadie nos convoca”, mientras que el Govern, la ANC (Asamblea Nacional Catalana) y Òmnium Cultural llama siempre a la reivindicación y toma las calles.
Preocupada también por lo que sucederá a partir del 1-O, avisa de que el 2 de octubre “no se acaba nada, sigue todo y peor”. “Continuarán la tensión, los disturbios y las protestas” con una Cataluña declarada independiente de manera unilateral, augura.
Su descontento con la política va más allá del Gobierno y expresa su disconformidad con el resto de partidos constitucionalistas. Reprueba su “inconsciencia, despreocupación y sobre todo dejadez” en el desafío catalán. Critica el “partidismo y el cálculo electoral” presentes en este asunto. “Es realmente muy triste. No hay altura de miras ni unidad, mientras que ellos (los nacionalistas) van a una”. Es por esta razón por la que Agenjo “no puede tener confianza en el Gobierno” ni en ninguna otra formación política. Con este precedente, ha decidido formar parte de
Ahora Plataforma como portavoz adjunta para defender “la unidad cívica de España, la Constitución Española y la democracia” junto con Fernando Savater, Gorka Maneiro, Cayetana Álvarez de Toledo, Andrés Trapiello y Luis de Velasco, entre otros, desde una posición “demócrata y progresista”.