Hace ya muchos años que en Argentina no se cumple el calendario escolar legalmente obligatorio, que se acorta con decisiones que van desde los cierres de escuela por conflictos sindicales y nuevos feriados “puente” beneficiosos desde ya para el turismo, pero nada positivos para el futuro de los niños. Tener en cuenta que Argentina es uno de los países del mundo con mayor ausentismo escolar, tanto de los alumnos como de los docentes. Como nadie piensa en recuperar efectivamente los días de clase perdidos, así se consolida no solo el atraso sino también la exclusión social, ya que quienes siempre tienen menos horas de clase son los alumnos más pobres en escuelas estatales.
En los últimos años avanzó la costumbre de cerrar miles de institutos educativos y escuelas mediante los feriados “puente”, por ejemplo, el lunes 23 de marzo del 2015 el gobierno decidió cerrar todos los institutos educativos porque el martes 24 era feriado. Esta práctica de cerrar escuelas continúa con el actual gobierno, ya que el lunes 8 de julio nuestro país volvió a cerrar la totalidad de los institutos de enseñanza. No se celebró este día ningún hecho relevante de nuestra historia, se trató simplemente de un feriado denominado “puente”, con el único propósito de promover el turismo. Pero atención: esta medida disminuye las escasas horas efectivas de clase de casi 9 millones de alumnos que asisten a escuelas primarias o secundarias.
La mayoría de las naciones dedican a sus escuelas más horas de clase que Argentina, por ejemplo, en América Latina encontramos a Brasil, Colombia, México, Cuba, Costa Rica, Chile y Colombia con muchos más días y horas efectivas de clase. Desde ya que más horas de clase no mejora automáticamente la enseñanza, pero no tengamos duda que menos horas de clase consolida el atraso educativo y compromete el futuro laboral de los niños. El globalizado siglo XXI ofrece empleo preferentemente a los bien preparados por el sistema educativo, por eso hay que abrir y fortalecer las escuelas.
El gobierno argentino cerró todas las escuelas y universidades el pasado lunes 8 de julio, es decir, un día antes de la celebración del histórico día de la Independencia Nacional, declarada por los representantes de provincias del Virreinato del Río de la Plata, reunidos en San Miguel de Tucumán, con participación de San Martín y Manuel Belgrano. Si no se hubiesen cerrado estos 55 mil institutos educativos habría sido posible a los alumnos estudiar esta jornada fundacional de la nación argentina, que indujo a Juan Bautista Alberdi afirmar “que el 9 de julio de 1816 la República Argentina escribió la pagina de oro de su independencia”.