Cambian algunos personajes, pero las posturas son las mismas. La canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro británico, Boris Johnson, solo están de acuerdo en un punto: creen que al final puede llegarse a un acuerdo sobre el brexit.
Ambos mandatarios mantuvieron este miércoles sus posiciones encontradas con respecto a la forma de salir del Reino Unido de la UE. Las diferencias giran principalmente en torno a la salvaguarda para Irlanda. Esto obligaría al Reino Unido a seguir formando parte de la unión aduanera mientras no se definiesen las futuras relaciones con la Unión Europea tras el brexit.
Así lo explicaba Merkel: "La salvaguarda es la expresión de un problema no resuelto. En el momento en que se resuelva el problema ésta no será necesaria. Se trata de definir la futuras relaciones entre la UE y el Reino Unido y entre Irlanda e Irlanda del Norte. Es algo que podemos tardar dos años en resolver, pero que también podemos resolver en treinta días".
Por su parte, Johnson subrayó que el Reino Unido quiere una salida negociada, pero agregó que el acuerdo no puede mantenerse tal como está. Destacó también que la salvaguarda no es aceptable: "La salvaguarda tiene que desaparecer, si eso es posible, entonces tendremos avances".
Pese a todo, Johnson es optimista en que al final se llegue a una solución y Merkel recordó también que las negociaciones con el Reino Unido corren por cuenta de la Comisión Europea. La canciller subrayó que el tema clave, el de las relaciones entre Irlanda e Irlanda del Norte, es algo para lo que la parte británica tiene que presentar propuestas.
En cualquier caso, Merkel reiteró que prefiere un brexit con acuerdo, pero igualmente subrayó que Alemania y la UE tienen que estar preparadas para la eventualidad de una salida abrupta.
Johnson aseguró que se respetarán los derechos de los ciudadanos europeos que viven en el Reino Unido. Insistió en que es posible resolver la situación con "soluciones imaginativas", aunque no entró en detalles sobre las mismas.