Una manifestación independentista con esteladas, lazos amarillos y pancartas reclamando la libertad de los presos políticos e independencia para Cataluña ha recorrido el centro de Barcelona para conmemorar el segundo aniversario del referéndum ilegal del 1 de octubre y la escasez de asistentes, así como la ausencia de incidentes, ha sido la tónica dominante, como lo ha sido en todos los actos convocados durante todo este martes.
La marcha está organizada por la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y lleva en la cabecera una pancarta con el mensaje "Lo hicimos y ganamos", pero tan solo unas 18.000 personas la acompañan, según cifras de la Guardia Urbana, que hace un año, en el mismo evento, informaba de la asistencia de 180.000 manifestantes.
Ha pasado cerca de la Delegación del Gobierno en Cataluña, blindada por la policía, sin que se hayan registrado altercados. Unos activistas han leído un manifiesto que reclama "no olvidar" el objetivo de la independencia por la "represión": "No nos podemos permitir más declaraciones de independencia simbólicas".
Sin incidentes
O los independentistas tienen la lección bien aprendida y después de la detención hace una semana de los CDR con material explosivo no han querido dar motivos para la intervención de la Policía o las movilizaciones organizadas para la conmemoración del segundo aniversario del 1-O están resultando un fracaso desde el punto de vista de la asistencia.
La ausencia de algaradas, trifulcas y cargas policiales contra los separatistas más radicales son una buena noticia. El perfil bajo de las manifestaciones y actos de este martes están haciendo pasar un aniversario menos concurrido, al tiempo que tranquilo, de lo esperado inicialmente, cuando las informaciones de los propios Comités de Defensa de la República apuntaban.
Cortes puntuales en algunas carreteras de Gerona, la exhibición de urnas por parte del presidente del Parlamento catalán, el cerco tímido a alguna comisaría de la Guardia Civil con gritos en contra de las fuerzas de ocupación no parece ser el reflejo de la llamada que por la mañana hacían los CDR: “Seremos quien hará temblar el enemigo. Y ganaremos, no tengan ninguna duda”.
Finalmente, está resultando más vistoso el cruce de reproches entre el Gobierno y los partidos de la oposición por la gestión de la crisis catalana, la aplicación o no del 155 y la renuncia del PSC a apoyar la moción de censura contra Quim Torra que las propias celebraciones del independentismo del segundo aniversario del referéndum ilegal.
Da la sensación de que los radicales están esperando para desarrollar sus acciones a que se conozca la sentencia del Tribunal Supremo a los políticos presos por el procés.