El bloqueo o asedio del Gobierno provisional al Valle de los Caídos y el descontrol de las masas violentas en Barcelona revelan la triste degradación de la política española y, sin duda alguna, también de la política europea, por ejemplo, es un escándalo internacional, consentido por la UE, que el fugado Puigdemont no lo entregue el gobierno de Bélgica a España. El Gobierno de Sánchez se muestra sumamente eficaz en mantener su cordón sanitario a la Basílica con los restos de Franco. No se sabe bien si es el riesgo de fuga o el miedo del asedio por los “fachas” del país, pero hay algo que hace al Gobierno movilizar la Guardia Civil para ponerles detrás de cada arbusto de la zona. El Valle de los Caídos, perteneciente al Patrimonio Nacional y a la Iglesia católica, fue transformada en una zona cerrada gracias a la decisión tomada por el Gobierno que “sabiamente” maneja los tres poderes, a saber, el ejecutivo, el legislativo y el judicial.
Mientras tanto, Barcelona arde. La capital de la provincia rebelde vive días de disturbios callejeros, que destrozan las calles, las infraestructuras y las vidas. La sentencia a los separatistas, fruto maduro de la colaboración estrecha entre el Gobierno de Sánchez y los magistrados del Tribunal Supremo, aparentemente enfureció a los grupos independentistas que no paran de convocar protestas y practicar una guerrilla urbana, o sea sembrar de terror el espacio público. Dos aspectos merecen mi atención: el nivel de la organización, el material inflamable de qué disponen y la capacidad de convocatoria, por un lado, y la condescendencia del ejecutivo frente a las fechorías de estos radicales, por otro. Detrás de estas protestas, sin necesidad de caer en teorías conspirativas, hay fuerzas que van más allá de las organizaciones independentistas locales. Aparte del apoyo de los terroristas vascos y otras fuerzas anti-constitucionales españolas, hay un aspecto clave que debe de ser investigado en detalle: el apoyo internacional y la financiación por otros países de estas revueltas.. ¿Sabremos alguna vez de dónde procede el capital de estos grupos? ¿Conoceremos a los autores intelectuales de estos desmanes, que quizá están a miles de kilómetros de Barcelona?
Crece el número de los heridos en Barcelona, sigue el bloqueo del Valle de los Caídos, y el Gobierno esgrime el argumento de la democracia para proseguir su estrategia. ¿Qué tipo de democracia es está que permite manejar los lugares del Patrimonio Nacional como si fueron de propiedad gubernamental? ¿Qué democracia es la que permite poner en peligro las vidas de ciudadanos con sus bloqueos a los aeropuertos y carreteras? Es urgente revisar el concepto de la democracia que maneja el Gobierno de Sánchez, ya que muestra ciertas características propias de totalitarismo más rancio…